La lucha por la conquista por el espacio es una realidad. Desde mediados del siglo XX los principales países de la Tierra han destinado recursos materiales, intelectuales y económicos para salir de las fronteras terrestres. Sí, como una labor científica, pero también como una manera de destacarse de los demás, mostrando su capacidad y aumentando, con ello, su influencia terrenal.
En los años de la Guerra Fría, la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Estados Unidos empezaron una competencia por enviar, primero, satélites artificiales y, después, personas al espacio. El primer golpe lo dio la Unión Soviética que, en octubre de 1957, con el Sputnik 1, se convirtió en el primer país en colocar un satélite en la órbita del planeta. Un mes después, la URSS daría otra muestra de sus desarrollos científicos al despachar al primer animal al espacio: la perrita Laika, a bordo del Sputnik 2. Dos contra cero.
Estados Unidos, impaciente, puso en órbita en 1958 el Vangard 1, satélite alimentado con energía solar y que por los próximos dos siglos continuará orbitando. Sin perder tiempo, a finales del ´58 salió el SCORE, un satélite, el primero, de comunicaciones. El marcador se emparejó. Las tensiones aumentaron: el Luna 1, el Luna 2 y el Luna 3 de la URSS dieron una ventaja a este país. Aquella última misión tomó las primeras fotografías de la cara oculta del satélite natural de la Tierra. En 1961 Yuri Gagarin, en el Vostok 1, se convirtió en pionero. Un hombre viajó al espacio exterior. Estados Unidos tenía una crisis de credibilidad ante esto y la NASA otra mayor.
No fue sino hasta 1969 cuando Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins llegaron a la Luna en el módulo lunar Eagle de la misión Apolo 11. Estados Unidos había hecho lo imposible. Pero, ¿fue cierto?
La duda sobre si el hombre pisó la Luna –y si esta es de queso– surgió en el momento mismo de la transmisión en vivo de su llegada. La URSS acusó a Estados Unidos de producir una película. Y es, precisamente, una la que revive este emocionante y polémico momento de la historia de la humanidad. Fly Me to the Moon (2024) dirigida por Greg Berlanti y protagonizada por Scarlett Johansson, Channing Tatum, Woody Harrelson y Ray Romano hace ver los problemas que la NASA enfrentó para concretar su programa espacial y lograr el cometido de que Estados Unidos pusiera su bandera en territorio lunar.
Pero había que tener un plan de contingencia, porque no sólo se trataba de ver qué país lo lograba primero, sino qué ideología sería la hegemónica en la Tierra. Era una lucha de poder en un mundo bipolar. Dicho plan, según se recrea en la película, consistió en filmar un alunizaje falso. Detrás de esto estarían las más altas autoridades del gobierno y, fracasara o no la misión espacial, el mundo vería a astronautas en terreno desconocido.
La película hace pensar en el sentido de verdad. ¿Los televidentes vieron un alunizaje real o uno fake que fue creído por todos?, ¿qué hace que algo sea aceptado como cierto o qué no? Este tema tiene vigencia. Las Fake News se han constituido como uno de los principales peligros de la democracia y la convivencia pacífica, cuya difusión masiva y casi inmediata se logra merced Internet. Estas noticias falsas se nutren de preocupaciones que comparten capas amplias de la sociedad y que, como tal, desean soluciones y esperanzas. Pero, ¿cuál es la razón del “éxito” de las Fake News? Se puede decir que este radica en que las personas dan por válido si coincide con su esquema de valores y sus creencias, descartando lo que no entre de este. Aislarse y no escuchar posiciones y argumentos contrarios son terrenos fértiles para el triunfo de la mentira pasada por verdad.
La humanidad llegó a la Luna y, ahora, busca alternativas para sobrevivir en el espacio exterior. Lo que el Apolo 11 y todas las misiones anteriores lograron, hayan sido estadunidenses o soviéticas, dieron los conocimientos para conseguir objetivos, antes vistos como insensatos, y superar las fronteras, incluso las del cielo.
Fly me to the moon
Let me play among the stars
Let me see what spring is like
On Jupiter and Mars