Una importante obra de infraestructura que dejaría derrama económica y fuentes de empleo terminó siendo la manzana de la discordia entre empresarios, trabajadores y ejidatarios
Fujiko Yamasaki / Portavoz
[dropcap]E[/dropcap]l proyecto que parecía atraer derrama económica y fuentes de trabajo para Chiapas terminó generando más conflictos entre empresarios, trabajadores y autoridades, pues a casi nueve meses de estar suspendidos los trabajos de la presa Chicoasén II, las empresas encargadas de la construcción solicitarán cancelar sus contratos por el impedimento de realización de la obra y para recuperar la inversión millonaria que hicieron.
Y es que distintos conflictos han ocurrido desde que se anunció el proyecto, mismo que se puso en marcha el 9 de febrero de 2015, poniendo en jaque una inversión superior a los 400 millones de dólares. Sin embargo, a la fecha no se tiene un posicionamiento oficial por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
«El proyecto que padeció conflictos por el control de los servicios de remoción y acarreo de materiales, a sólo un año de haber sido asignado a la dupla de Jorge Melgarejo y Mauricio Amodio; actualmente lleva casi 9 meses paralizado. La maldición del círculo vicioso pobreza-impunidad vuelve hacer de la suyas en pos de migajas por las que luchan los camioneros encabezados por Saúl Martínez, el sindicato cubierto por la diputada María Olvera y a la vez confrontados con el comité ejidal de la zona», señala el analista político y columnista Mauricio Flores en su texto Chicoasen: primavera caliente para CFE.
«Lo que sería una solución es hoy un serio problema en la entidad a cargo de Manuel Velasco, y pronto será un pasivo para la empresa a cargo de Jaime Hernández, quien parece carecer de un plan para solucionar la bronca. En los próximos días, se sabe, Caabsa y OMEGA por su parte, solicitarán cancelar sus contratos por la imposibilidad de ejecución y reclamar cerca de 150 millones de dólares invertidos», añade Flores.
De acuerdo con datos oficiales, la obra tendría una duración de cuatro años y generaría una derrama económica para el estado de aproximadamente mil 672 millones de pesos, además de la creación de cuatro mil empleos fijos, entre directos e indirectos.
Adeudos
Uno de los problemas que enfrentó esta obra es que la CFE inició la construcción sin haber pagado a los ejidatarios para liberar las tierras, por lo que no se ha concretado el procedimiento de expropiación, según han denunciado los afectados.
Lo anterior, pese a que la empresa se comprometió a liquidar las tierras en un año a partir del inicio de los trabajos. En cambio, acusan, puso en marcha una campaña de represión que los obligó a defenderse jurídicamente.
De la misma forma, el conflicto que se generó cuando otro grupo de ejidatarios pidieron ser considerados por la CFE, ya que aseguran ser los legítimos dueños de las tierras.
Otros problemas que afectaron el avance de Chicoasén II fue el incumplimiento del contrato colectivo de trabajo, así como el conflicto entre sindicatos.
