Un proyecto de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) recopila narraciones de vida de comunicadoras, abogadas, artistas, antropólogas, sociólogas, trabajadoras del hogar y el campo
Berenice Chavarria Tenorio / Cimac Noticias
«Carmen era una niña a quien le gustaba acompañar a su papá al campo. Disfrutaba subirse al arado y, mientras los bueyes jalaban, ver cómo la tierra se abría en surcos, para luego sembrar las semillitas.
Carmen hablaba zapoteco, el mismo idioma de sus padres. Al igual que ella, había otras niñas en su escuela que también lo hablaban, pero varios compañeros se burlaban de ellas porque no «hablaban bien» español.
Cuando creció, se sumó a grupos de promoción de la lengua y luego de la defensa de los recursos naturales y territorio, y luego fundó una organización que trabaja por la defensa y promoción de los derechos de los pueblos indígenas, tierra, territorio y agua, y ha ayudado a que lugares que ya no tenían agua vuelvan a tenerla».
Esta es la historia de Carmen Santiago Alonso, campesina y defensora de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas. Ella, junto a 24 mujeres, forma parte del libro Las valientes aventuras de mujeres defensoras. Relatos para niñas y niños de todas las edades, un proyecto de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) que recopila narraciones de vida de comunicadoras, abogadas, artistas, antropólogas, sociólogas, trabajadoras del hogar y el campo, que han dejado una huella en México y el mundo en su lucha por proteger los Derechos Humanos y construir un mejor mundo para todas y todos.
En México, las defensoras y periodistas desempeñan su labor en condiciones de riesgo, lo que ha provocado que de diciembre de 2018 a septiembre de 2021 hayan sido asesinadas 23 mujeres defensoras. En cuanto al acceso a la justicia, 99 por ciento de los casos continúan en la impunidad y solo se cuenta con dos sentencias condenatorias por estos homicidios, de acuerdo con información de la Secretaría de Gobernación (Segob).
En ese sentido, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet Jeria, consideró como fundamental contar las historias de las mujeres, pues muestran que la solidaridad, empatía y amor son fundamentales para que todas y todos «salgamos adelante».
«Ponernos en el lugar de mujeres a quienes se les han negado oportunidades es muy importante para que podamos entender que hay personas que sufren, pero también que ese sufrimiento, si nos organizamos y colaboramos, puede ser frenado y es posible lograr que las personas tengan justicia y una vida mejor».
Michelle Bachelet Jeria
Espacios resilientes para crear redes y acceder a la justicia
Durante la presentación del libro realizada el pasado miércoles, Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio –víctima de feminicidio en 2017–, expresó su deseo por que llegue el día en que no sea necesario escribir estos textos, cuando no exista la necesidad de mujeres que deban defender los derechos de otras, ya que estos serán garantizados de forma plena.
«Que un día podamos celebrar la vida y un día decir: esto pasó en este país feminicida llamado México, pero logramos superarlo organizándonos, trabajando de manera conjunta», deseó Araceli Osorio, cuya historia como defensora tras el asesinato de su hija también fue incluida en el libro publicado por ONU-DH.
Finalmente, la activista invitó a la creación de espacios resilientes entre mujeres, pues estos impulsan a continuar luchando para «lograr justicia, verdad y reparación para Lesvy y todas las que nos faltan». En lo anterior coincidió la también defensora Irinea Buendía –madre de Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio en 2010–, quien aseguró que a través de la creación de redes, las mujeres podrán vivir libres.
