Basado en la herencia de las bisabuelas, la familia Rincón, en específico doña Irina, ha mantenido viva la tradición de elaborar este rico manjar para que siga siendo disfrutado en los hogares chiapanecos a la hora de «nacer o sentar» al niño dios
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Desde hace más de 60 años la familia Cabrera se dedica a la elaboración de la tradicional hojuela chiapaneca. Este postre que se elabora durante todo el año, especialmente en las festividades decembrinas. En Chiapas es una tradición comerlas en las llamadas «nacidas y sentadas» de los niños dios, incluso algunas familias lo acompañan de un traguito de mistela.
Su elaboración no es fácil, pues se tiene que comenzar con el preparado desde una noche antes, levantarse muy temprano para continuar y realizar más de dos mil hojuelas entre pedidos y quienes llegan a buscar a la familia Rincón Cabrera para comprar este dulce tradicional.
«Se prepara una noche antes, se prepara lo que es la harina, masa, se amasa y se deja reposar toda la noche, al día siguiente se embolla y se tiene que volver a leudar y después es estirarla, se corta y se mete en la manteca para que queden doradas», dijo Irina Rincón Cabrera, quien ha seguido la tradición de la elaboración de este manjar.
Para la familia Rincón Cabrera, lo más importante es continuar con las tradiciones heredadas por sus bisabuelas y ofrecer a la población este exquisito manjar.
«Es muy importante llevar la tradición, la cultura, yo creo que se ha perdido con el paso de los años lo tradicional, algo muy bonito es que está hecho a mano, ya no es con máquinas, sino que se hace tradicionalmente, es bonito ver cómo tanta gente lo sigue buscando, a pesar de que es algo desde mucho tiempo la gente lo busca demasiado».
Quienes deseen degustar de este exquisito postre tradicional, pueden acudir a «Hojuelas, la Casa de la Abuela», que se encuentra ubicada en la segunda norte, entre octava y novena poniente.
