IEPC alista costosa «fiesta electorera» para el prximo año / Hector Estrada

Con una evidente desconfianza en los árbitros electorales, un descrédito social casi generalizado hacia los partidos políticos y una participación electoral que apenas supera el 50 por ciento del padrón nominal, hoy resulta una ofensa descarada el presupuesto de 600 millones de pesos que se pretende gastar en Chiapas para financiar las elecciones del próximo año.
Aunque se expresa como una cifra escandalosa, no se trata de una broma de mal gusto. Hace sólo un par de días la presidenta del Consejo General del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), María de Lourdes Morales Urbina, dio a conocer el jugoso presupuesto electoral que aunque usted no lo crea –aseguró- podría resultar insuficiente.
La Presidenta Consejera señaló que el IEPC sólo espera la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para la homologación o no de las elecciones locales y federales, por lo que, en caso de corroborarse la implementación de jornadas en fechas distintas, ya se tiene programado un aumento del presupuesto.
Para tener una idea más clara, oficialmente los partidos políticos contendientes en Chiapas gastarán en un solo mes de campaña la cifra de casi 200 millones de pesos, más del 30 por ciento del presupuesto total destinado a las elecciones. Lo demás que también resulta excesivo se destinará a la logística, impresión de boletas, pago de empleos temporales y quien sabe que otro tanto gasto inflado.
El año entrante la «fiesta de los partidos políticos» costará nueve por ciento más que la de 2012, y en la entidad chiapaneca un poco más. Es sin duda un gasto que resulta grosero para una ciudadanía ávida de otro tipo de inversiones en obras y programas necesarios, menesteres verdaderamente prioritarios.
Según estudios internacionales, los costos electorales en México son de los más altos en América Latina, con gastos nada redituables para la anhelada «democracia mexicana», bañada de procesos y jornadas electorales en las que cada vez menos creen.
Hoy en el país «el horno no está para bollos» y menos para gastos exorbitantes que sin duda generan más indignación social. Lamentablemente las partidas presupuestales están dadas y a los ciudadanos no quedará de otra que observar como nuevamente los recursos públicos terminan engordando otro show electoral.

 

 

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