En México todavía existen asentamientos en condiciones precarias y que carecen del líquido, además 5.1 millones de hogares mexicanos no tienen red hídrica
Anayeli García Martínez / Cimac Noticias
Ciudad de México. Una medida urgente para afrontar la pandemia del COVID-19 en México es garantizar el suministro de agua y establecer medidas urgentes de salubridad e higiene en asentamientos en condiciones precarias.
Así lo expuso en entrevista la coordinadora de la Oficina para América Latina de la Coalición Internacional para el Hábitat (HIC-AL), Maria Silvia Emanuelli, quien aseguró que tener agua es en sí una solución porque permite a las personas protegerse del coronavirus.
Una de las medidas preventivas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. La higiene de las manos es una acción muy simple, por eso es primordial para reducir la propagación de microorganismos.
Sin embargo, la OMS aseguró que en el mundo es escaso el cumplimiento de esta medida de higiene, por lo que los gobiernos deberían velar por atender esta acción y garantizar los fondos suficientes para que resulte eficaz.
En la gestión del líquido, las mujeres se hacen cargo de la mayoría de las tareas relacionadas con el agua. Según ONU Mujeres, las ciudadanas se encargan de garantizar el agua para beber, limpiar, conservar, almacenar y preparar cosechas y alimentos.
Además, en el contexto de la actual pandemia en México, HIC-AL junto con organizaciones como la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua (COMDA), Agua para Tod@s Agua para la Vida, entre otras, ha llamado a suspender los cortes de agua en todo el país.
Emanuelli explicó que de no ofrecer adecuadamente el agua se estaría violando el derecho a la salud, porque tener agua es una solución para evitar que las personas se enfermen con más facilidad o transmitan el virus a otras personas.
En general, expone la también abogada, no tener acceso al agua puede ser molesto y complicado para las actividades cotidianas, pero en el actual contexto de pandemia, además, pone en riesgo la vida de las personas.
El Consejo Nacional del Agua (Conagua) indicó que al 2015, 94.4 por ciento de la población tenía cobertura de agua entubada en vivienda o predio; sin embargo, la experta dice que tener tubería no garantiza el suministro del agua.
En México todavía existen asentamientos en condiciones precarias y que carecen del líquido, además 5.1 millones de hogares mexicanos no tienen red hídrica, expone.
Por esa razón considera que la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) y la Secretaría de Salud, así como sus homólogas en cada entidad federativa, deben garantizar este derecho.
Asimismo, las organizaciones afirman que es vital que los organismos operadores de servicios de agua y saneamiento suspendan sin excepción los cortes de servicios. El objetivo es garantizar que estos grupos vulnerables de la población no estén inmersos en focos de contagio por la imposibilidad de acceder a los servicios más básicos.
Expertas y expertos de la ONU afirmaron en un comunicado que en «la lucha mundial contra la pandemia tiene pocas posibilidades de éxito si la higiene personal, la principal medida para prevenir el contagio, no está al alcance de los 2.200 millones de personas que no tienen acceso a servicios de agua potable».
Es por ello que las y los expertos pidieron a los gobiernos que prohíban de inmediato los cortes de agua a quienes no puedan pagar las facturas del servicio. También es esencial que proporcionen agua de manera gratuita mientras dure la crisis a las personas que viven en la pobreza y a las afectadas por las dificultades económicas que se avecinan
No se trata de cancelar ese pago, es suspensión durante tres meses y los pagos se van a reprogramar una vez que pase la pandemia, explicó la experta.
Es de destacar que las y los expertos de la ONU también señalaron que las personas que viven en asentamientos informales, sin hogar, poblaciones rurales, mujeres, niños y niñas, adultas mayores, con discapacidad, migrantes, refugiadas y todos los demás grupos vulnerables a los efectos de la pandemia deben tener un acceso continuo a agua suficiente y asequible.
