Infantes chiapanecos, esclavos de la pobreza

Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la entidad existen más de 164 mil menores de 17 años realizando actividades para contribuir al sustento de sus familias

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]os cruceros de la ciudad están invadidos de decenas de niños, niñas y adolescentes que realizan alguna actividad con el propósito de obtener remuneraciones económicas; están también en los mercados, las plazas comerciales y muchos más en el campo, intentando conseguir algún ingreso que les permita contribuir al sustento de sus familias.
En Chiapas, el estado con los índices de pobreza más altos del país, existen más de 164 mil niños y niñas de entre cinco y 17 años de edad trabajando, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con algunos datos recabados en el Módulo de Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), dicha cifra representa el 6.49 por ciento del total de menores que se encuentran trabajando en el país, que es del 40 por ciento.
A nivel nacional, las entidades que presentan mayor explotación infantil son Chiapas, Oaxaca y Guerrero, en dónde cada menor de edad consigue entre 25 y 30 pesos por 10 horas de trabajo, desempeñando labores en algunos casos peligrosas como la explotación del ámbar o la siembra de cultivos ilícitos, mientras que muchos otros están empleados en el comercio.
El resto de los estados en donde se concentra el mayor porcentaje de población trabajadora infantil son: el estado de México con 8.89 por ciento; Puebla con 8.60 por ciento; Guanajuato con 7.85 por ciento y Jalisco con 7.72 por ciento.
Cabe mencionar que Chiapas es el estado con el mayor número de niños, niñas y adolescentes del país, cerca del 40 por ciento de su población total es menor de 17 años.

Migrantes y niñas, los más explotados

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) advierte que ocho de cada 10 menores viven en pobreza extrema y que los niños migrantes –además del trabajo infantil– se enfrentan a prostitución y trata de menores; sin embargo, el gobierno del Estado no ha mostrado voluntad política para atender ni la pobreza extrema y tampoco la explotación infantil, principales obstáculos que enfrenta el sector y en su lugar, ha invertido los recursos financieros en obras públicas.
Incluso, el Sistema Estatal de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SEPINNA) señala que en el estado ocurren el 61 por ciento del total de las detenciones de las niñas y niños migrantes del país, por lo que en el 2014 la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) emitió un informe de recomendación 25/2007 sobre explotación infantil en la frontera de Chiapas, aunque Redim y Melel Xojobal A.C afirman que no hay miras para que en este año se atienda la situación.
De la misma manera, el artículo «Trabajo infantil en Chiapas, del discurso a la acción» publicado a principios de este mes por México Social, indica que ser indígena, migrante y mujer incrementa la explotación laboral, al grado que los ingresos para ellos sean menores y obtengan deficientes e incluso nulas prestaciones sociales.
La OIT señala que el trabajo infantil está presente en actividades como cuidar automóviles en las plazas comerciales y calles, limpieza de autos en los semáforos, venta productos en la calle principalmente; además existen otros que se encuentran en campos agrícolas, actividades del sector privado y un sector menor en medios delictivos.
Para muestra, la explotación infantil de los adolescentes indígenas guatemaltecos, la cual se ve reflejada en la región Soconusco, en donde se desempeñan como cortadores de caña y trabajadores en las fincas de café, los estudios realizados por distintas asociaciones civiles reportan que las autoridades estatales no han emitido acciones a favor de la niñez y tampoco hay trabajos de sensibilización por parte de los dueños de las fincas, funcionarios de migraciones u organizaciones gubernamentales como el DIF Municipal, quienes puedan iniciar un trabajo conjunto para erradicar la problemática.

Huyen de la pobreza

Según datos recientes de la ENOE, el 32.3 por ciento de los chiapanecos labora más de 48 horas semanales percibiendo un salario insuficiente para adquirir los bienes y servicios mínimos para vivir; y al cierre del 2016, reveló que 54 mil 305 personas estaban desempleadas.
Por ello, algunas familias se ven obligadas a migrar a otras entidades en busca de mejores condiciones; el Centro de Apoyo al Niño de la Calle de Oaxaca (Canica) dio a conocer que el 77.6 por ciento de los menores ahí atendidos afirma ser originario de comunidades rurales de Chiapas y Guerrero.
Diversos estudios realizados por organizaciones de la sociedad civil indican que el trabajo infantil ocasiona problemas en el desarrollo físico e intelectual de los niños, ya que las responsabilidades que adquieren a temprana edad provocan madurez precoz, mientras que la explotación infantil –además de vulnerar sus derechos– es un asunto delictivo.
El trabajo y la explotación infantil en la que miles de niños y niñas chiapanecos se ven inmersos son el reflejo de la crisis social y económica que atraviesa el estado, y pese a que existen estudios que indican la cantidad de menores que se encuentran laborando, en dónde están y cuáles son sus condiciones de vida, las estadísticas revelan que los avances en diseño y ejecución de acciones del estado son, hasta la fecha, insuficientes.

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