Los crímenes de Israel cometidos contra la población civil palestina han despertado una ola mundial de indignación y rechazo. Casi 25 mil personas han perdido la vida en el marco de la masiva y cruenta operación militar del Estado hebreo por aniquilar a Hamás, considerado un grupo terrorista. La escalada de violencia empero, no ha podido ser frenada; debido a la arcaica facultad de veto que tiene Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de la ONU ha rechazado en dos ocasiones un alto al fuego.
En estos días, sin embargo, se ha asomado un rayo de esperanza para frenar la guerra. Sudáfrica presentó una demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) con sede en La Haya, para que abra un procedimiento contra Israel por haber violado la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948 del que ambos son signatarios; solicita a los 15 jueces que integran esa instancia, dictar medidas cautelares para suspender de forma inmediata las operaciones militares en Gaza.
El Tribunal, llamado también Corte Internacional de Justicia resuelve disputas entre los 193 Estados miembros de la ONU para contribuir a la paz y la seguridad mundiales, contrario a la Corte Penal Internacional que lleva casos contra individuos por crímenes de guerra o contra la humanidad.
En la querella que presentó el 29 de diciembre ante el TIJ, Sudáfrica sostiene que “los actos y omisiones de Israel tienen carácter genocida ya que se cometen con la intención de destruir a los palestinos en Gaza como parte del grupo nacional, racial y étnico palestino más amplio”. El Tribunal fijó dos audiencias para la presentación de argumentos y alegatos el 11 y 12 de enero.
Ante la indolencia de varios países por los crímenes de guerra que se cometen diariamente en Gaza, los juristas sudafricanos han dado un paso notable para detener el derramamiento de sangre. El reclamo ha puesto al Estado judío contra la pared que acusó a su demandante de ser cómplice del terrorismo y proteger a Hamás. En caso de prosperar la solicitud, en algunas semanas el Tribunal podría emitir medidas cautelares que sin embargo, podría incumplir el agresor. Y en meses, pronunciarse sobre el fondo de la demanda.
Se trata de una decisión audaz de ese país que aunque ha sido ampliamente reconocida, no ha recibido el apoyo explícito de naciones que abiertamente se han expresado contra el genocidio, ni siquiera los BRICS el grupo de naciones del que forma parte junto a Brasil, Rusia, India y China. Al provenir de Sudáfrica, la acusación tiene una alta carga de simbolismo por haber combatido el apartheid sin guerra civil.
La Franja de Gaza es hoy un territorio prácticamente inhabitable por la destrucción de casi toda la infraestructura civil por los incesantes bombardeos. Al cumplirse 100 días de ofensiva militar, un desafiante Benjamín Netanyahu prometió continuar con los combates: “Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el eje del mal, ni nadie más”.
La resolución que emita el TIJ determinará la suerte del actual y los futuros conflictos bélicos. Es a todas luces innegable e irrefutable el castigo a la población civil palestina por la represalia israelí, que generó una amplia movilización de la sociedad internacional. Pero hasta ahora ningún país se había atrevido de forma tan tajante a buscar un alto al fuego. Sudáfrica está dando un ejemplo de valentía y dignidad ante la humanidad.