Jaque con Dama / Irma Ramírez Molina

¿Qué les cuesta?

A estas alturas las mujeres siguen luchando por tirar el techo de cristal, lograr esa equidad e igualdad de género; sin embargo, quienes están en lugares estratégicos para lograrlo y poder hacer ese cambio poco les importa y eso queda más que evidente en los eventos donde el tema tiene que ver con el sexo femenino.

Ha costado mucho para las chiapanecas, las organizaciones, los grupos, las colectivas, hacer evidente la violencia que viven y no sólo en casa, sino también en el ámbito político, como sucede con quienes son síndicas, regidoras o tengan cualquier otro puesto, por eso la presidenta del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana #IEPC, María Magdalena Vila Domínguez, urgió a los y las legisladoras reformas que permitan a esta dependencia sancionar a personas servidoras públicas que violenten políticamente a las mujeres.

Actualmente sólo conoce de las quejas y no pueden hacer absolutamente nada, por eso es necesario reformar la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Chiapas (LIPECH) para poder tener mayores facultades.

¿Pero cómo lograrlo si ahora que hay mayoría de diputadas, no han hecho nada al respecto?, es más, ni siquiera se preocuparon por acudir al último evento de la conmemoración del voto de la mujer, porque estaban festejando a una de las diputadas y, justo ahora, cuando son 24 de los 40 legisladores que hay en el Congreso del Estado, es decir, una clara mayoría.

Pocas fueron quienes reconocieron la lucha y determinación de las mujeres que lograron desde que pudieran votar, hasta obtener una curul en el Poder Legislativo, motivo por el cual ahora ellas pueden estar ahí, dizque representándonos.

La investigadora Araceli Burguete Cal y Mayor, preguntó a las diputadas presentes y ausentes ¿Qué les cuesta?, legislar para que se acabe por fin esa simulación que existe en muchos municipios donde las mujeres ganaron, pero sus parejas son quienes gobiernan y ejercen el poder.

¿Qué les cuesta?, modificar la ley para lograr que las mujeres regidoras logren tomar posesión del cargo, quienes no lo hacen por acuerdo de cabildo a pesar de la denuncia interpuesta en todos los órganos electorales.

Burguete Cal y Mayor tiene claro que “las violencias ocurren no solamente en el registro simulado; sino también en el ejercicio del cargo usurpado. Se concentran aquí todas las violencias en contra de las mujeres; permaneciendo ignoradas por la autoridad”.

Por eso, todos los partidos políticos nunca se preocupan en preparar a las mujeres de su partido para poder acceder a un puesto de elección popular, toda vez que la mayoría sólo sirve de escalón para ocupar el lugar que su pareja ejercerá con plenitud y con absoluta libertad.

Actualmente hay 24 alcaldesa de los 124 municipios; 103 sindicas y 335 regidoras en el papel, porque muchas no pudieron tomar protesta. Se debería empezar por no reconocer al presiente “tradicional” como la autoridad máxima del lugar si la alcaldesa es una mujer.

BASE DE DATOS…-
Extralimita el presidente de la #CEDH sus facultades en la ley cuándo hace sugerencias al órgano electoral local de cómo deben hacerse las elecciones para garantizar la paridad de género en 2027, primero, porque propone un arcaísmo del que venimos saliendo como es la tómbola y, segundo, que atienda su abarrote y luego se meta donde no lo han llamado. La verdad.*
Angélica Méndez Cruz tiene el camino libre para hacer de Ocosingo un municipio próspero y en desarrollo: le quitaron a dos lastres que le impedían ejercer el poder que le confirió el pueblo y le confirmó el tribunal electoral; ahora no tiene pretexto alguno para fallarle a su pueblo ni para corromperse como muchos alcaldes anteriores y realmente, dejar a la mujer ocosinguense con un lugar privilegiado de la historia política de la región Selva: ¿podrá?*
No es lo mismo que pasa en Frontera Comalapa, con la Concejera Presidenta, Marli Trejo Posada, rodeada de puro viejo colmilludo que no la deja tomar decisiones y todos le quitan la oportunidad de asumir el control total y político de su municipio que está en estado policial con la presencia permanente y tensionada de los Pakales; esta alcaldesa no gobierna, precisamente, porque no quiere, porque le falta carácter y valor para asumir la representación política que le confirieron.*
Y en Acala, María Patricia Coello Zapata no logra quitarse el peso de su esposo y el ex alcalde Rodrigo Trinidad Rosales Franco, que gobernó durante todo el sexenio de Rutilio Escandón y antes ya lo había hecho un trienio más; ella, simplemente, no tiene la capacidad política para asumir el mando de un municipio clave de la región y finge ser la alcaldesa, una decoración política que no toma decisiones.* #JaqueConDama

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