Empresarios del Soconusco consideran que la reforma laboral, que reduciría la jornada laboral y duplicaría el aguinaldo, es populista y aumentaría los costos de producción de alimentos, afectando la economía del hogar
Aquínoticias Staff
La reciente propuesta del gobierno federal de reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas y duplicar el aguinaldo de 15 a 30 días ha provocado una fuerte reacción en el sector agropecuario, un rubro clave para la economía mexicana. En diversas regiones agrícolas, los productores han señalado que esta reforma laboral, lejos de ayudar al desarrollo del campo, podría agravar la ya delicada situación económica que enfrentan.
Jorge Arroyo Ruiz, productor de granos en la región de Soconusco, Chiapas, advierte que la reducción de días laborales y el incremento del aguinaldo amenazan con elevar los costos de producción. Según él, los agricultores no tienen la capacidad de contratar más mano de obra para compensar el tiempo de trabajo perdido, lo que impactará directamente en la producción. «Reducir la jornada de seis a cinco días de trabajo a la semana provocará una disminución en la producción agrícola», explica Arroyo Ruiz. «En estos momentos, los empresarios del sector no estamos en condiciones de absorber estos nuevos costos».
La crisis en el campo no es un tema nuevo. En los últimos años, los agricultores han enfrentado condiciones desfavorables por la baja en cosechas y la falta de apoyos gubernamentales, lo que limita sus posibilidades de mantenerse en una economía cada vez más competitiva. Para Arroyo Ruiz, este contexto hace que la propuesta del gobierno federal sea vista como «una medida ocurrente y populista», que no considera las necesidades del sector agrícola.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sector agropecuario ha experimentado un crecimiento limitado en comparación con otras áreas de la economía, representando aproximadamente el 3% del PIB en 2023. Este bajo crecimiento se debe, en parte, a las dificultades que enfrentan los productores para modernizarse y aumentar su eficiencia ante la falta de apoyos y financiamiento adecuados. Con la posible implementación de la reforma laboral, muchos agricultores temen que el incremento de costos los obligue a reducir su plantilla laboral, afectando a cientos de familias que dependen de estos empleos.
Uno de los efectos colaterales de la reforma podría ser el aumento en el costo de los productos básicos. «Los productores de granos en Soconusco estiman que de aprobarse esta reforma, los precios de productos básicos tendrán que incrementarse para compensar el golpe económico», señala Arroyo Ruiz. Esto, advierten los expertos, podría tener repercusiones directas en los consumidores, elevando la inflación en un país donde el costo de la canasta básica ha sido una de las mayores preocupaciones para las familias mexicanas en los últimos años.
Otro factor que preocupa a los empresarios es el costo adicional que representa el doble aguinaldo. En el sector agrícola, donde el margen de ganancia suele ser menor y los riesgos climáticos son elevados, el impacto de esta medida sería desproporcionado. “Duplicar el aguinaldo pondría en una situación insostenible a muchos productores, especialmente a los pequeños, que ya batallan para cubrir los gastos operativos básicos”, puntualiza Arroyo Ruiz.
El debate sobre la reforma laboral llega en un momento delicado para el campo mexicano. Las políticas actuales de apoyo al sector han sido insuficientes, y muchos productores se sienten abandonados por el gobierno. Con la reforma en puerta, la necesidad de medidas adicionales que ayuden a los agricultores a absorber el impacto económico de estas nuevas disposiciones se vuelve imperativa.
Con información de Diario del Sur