Katya es una ingeniera eléctrica de 26 años originaria de Guadalajara; cuando tenía siete años, emigró a Estados Unidos junto con sus padres y desde entonces tenía claro que uno de sus propósitos en la vida era convertirse en astronauta
Diana Hernández Gómez / Cimac Noticias
Ciudad de México.- El pasado 4 de junio, Katya Echazarreta cumplió su sueño de la infancia: viajó al espacio. Con esto, no solo alcanzó uno de sus objetivos de vida, también hizo historia al convertirse en la primera mexicana, así como la ciudadana norteamericana más joven, en orbitar nuestro planeta.
Katya es una ingeniera eléctrica de 26 años originaria de Guadalajara; cuando tenía siete años, emigró a Estados Unidos (EE. UU.) junto con sus padres y desde entonces tenía claro que uno de sus propósitos en la vida era convertirse en astronauta.
Al inicio se enfrentó con varias dificultades, una de ellas: el rígido sistema migratorio de EE. UU., que la separó cinco años de sus padres; a esto se sumó la barrera del idioma. Sin embargo, con el paso del tiempo, pudo estudiar y prepararse hasta ingresar a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos.
Aquí fue asistente de investigación para la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Henry Samueli (HSSEAS, por sus siglas en inglés). Después, entre 2018 y 2019, realizó prácticas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), donde se desempeña como ingeniera de tiempo completo.
Esto le ha permitido participar en los estudios y la planeación de cinco misiones espaciales. La misión en la que trabaja actualmente se llama Europa Clipper y tiene el objetivo de que una nave espacial orbite Júpiter para analizar una de sus lunas.
Katya Echazarreta también ha recibido formación como astronauta por medio del Proyecto PoSSUM. Además de su trabajo en la NASA, hace labor de difusión científica enfocada principalmente en niñas y jóvenes, mientras cursa una maestría en ingeniería eléctrica e informática en la Universidad Johns Hopkins.
Trabajar para motivar a más mujeres
El 9 de mayo, Katya recibió la noticia de que viajaría al espacio con la empresa de transporte aeroespacial Blue Origin. La joven fue seleccionada entre 7 mil aspirantes a través de una convocatoria de la organización Space for Humanity.
Para este viaje, dicha organización reclutó a líderes comunitarios que tuvieran influencia en diferentes esferas sociales. Al elegir a Katya, Blue Origin comunicó que su misión en el espacio sería representar a mujeres y minorías en el campo de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Katya Echazarreta tiene clara la importancia de esta representatividad. En una entrevista con CNN antes de su viaje al espacio, declaró que amigos y familiares llegaron a desalentarla diciendo que «esas cosas no eran para ella» por ser migrante y ser mujer.
Incluso reconoció que en los ámbitos donde se ha desempeñado no ha encontrado a muchas mujeres latinas. Pero lejos de desanimarla, esto la llevó a convertirse en comunicadora de la ciencia a través de diferentes plataformas como YouTube y Twitter.
La ingeniera mexicoestadounidense también tiene su propia página web. En ella publica diferentes textos donde cuenta sus experiencias personales y profesionales, todo con un solo objetivo: ofrecer la orientación que ella no ha tenido durante su trayectoria.
«A lo largo de mi camino en la escuela de ingeniería fui muy consciente de la falta de mujeres en el campo. Esto fue muy difícil para mí porque no tenía muchas personas a las que pudiera pedir consejo sobre varios temas, como los sesgos implícitos que enfrentamos a diario».
Katya Echazarreta
Por ello, la joven ha aprovechado la oportunidad de orientar a quienes, como ella, tienen una meta por alcanzar en un mundo excluyente con las mujeres: «A través de la honestidad sobre las dificultades y el aliento, espero poder ayudar a las mujeres a estar mejor preparadas«, escribió la joven en una entrada de su blog.
Katya llegó al espacio y, con su granito de polvo espacial, espera que haya más mujeres que logren llevar sus sueños más allá de este planeta.
