Estudiantes de la Universidad Tecnológica de la Selva visitaron la ASE para conocer procesos, funciones y fomentar una cultura de fiscalización y rendición de cuentas
Aquínoticias Staff
La Auditoría Superior del Estado (ASE) se convirtió esta semana en aula viva para un grupo de estudiantes de noveno semestre de la carrera de Contaduría de la Universidad Tecnológica de la Selva, ubicada en el municipio de Rayón. Como parte del programa ¿Qué hace la ASE?, las y los jóvenes realizaron una visita interactiva que les permitió conocer a fondo las funciones de esta entidad clave en la fiscalización del gasto público en Chiapas.
Durante su estancia, las y los estudiantes participaron en dinámicas diseñadas para facilitar el entendimiento práctico de los procesos de auditoría gubernamental. El objetivo fue claro: acercar la teoría a la realidad institucional y fortalecer en las nuevas generaciones una cultura de transparencia, legalidad y rendición de cuentas.
El Auditor Superior del Estado, José Antonio Aguilar Meza, fue el encargado de dar la bienvenida al grupo universitario, acompañado de la profesora Margarita Sáenz Velázquez, quien asistió en representación del rector Jorge Alonso Huitrón Flores. En su mensaje, Aguilar Meza destacó la importancia de estas experiencias formativas para fortalecer el perfil de las y los futuros profesionistas, especialmente en un contexto donde la vigilancia del recurso público es un eje de confianza ciudadana.
Con esta visita, la ASE reafirma su apertura y vocación pedagógica. No se trata solo de revisar cuentas, sino de sembrar conciencia en quienes, en poco tiempo, estarán ocupando espacios clave en instituciones públicas o asesorando a organismos desde el ámbito contable. El contacto directo con las prácticas y responsabilidades de la fiscalización tiene un impacto más duradero que cualquier lección en el aula.
Estas iniciativas también refuerzan el compromiso de la Auditoría con una comunicación más clara y cercana. Mostrar qué se hace, cómo se hace y por qué es importante, permite que la ciudadanía —y especialmente las juventudes— comprendan que la auditoría no es sinónimo de castigo, sino de prevención, orden y eficiencia institucional.