Actualmente, esta enfermedad afecta a más de 537 millones de personas en el mundo, cifra que se estima alcanzará los 643 millones en 2030 y los 783 millones en 2045, panorama que puede ser cambiado con concienciación
Aquínotcias Staff
Cada 14 de noviembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Diabetes, una jornada para concientizar sobre una de las enfermedades crónicas más prevalentes y de mayor impacto en la salud pública. Establecido en 1991 por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta fecha destaca la importancia de la prevención, la educación, y el acceso universal al tratamiento adecuado para los millones de personas afectadas en el mundo.
Actualmente, la diabetes afecta a más de 537 millones de personas en el mundo, cifra que se estima alcanzará los 643 millones en 2030 y los 783 millones en 2045, según la FID. La enfermedad se divide en dos tipos principales: Diabetes Tipo 1, que se da por la incapacidad del cuerpo de producir insulina, y Diabetes Tipo 2, que suele desarrollarse como resultado de factores de riesgo como el sobrepeso, la obesidad, y el sedentarismo. También existe la diabetes gestacional, que afecta a algunas mujeres durante el embarazo y puede ser un factor de riesgo tanto para ellas como para sus hijos.
La diabetes tipo 2, que representa entre el 90% y el 95% de los casos, está estrechamente relacionada con el estilo de vida. Factores como la alimentación desequilibrada, la falta de actividad física y el tabaquismo son condiciones que incrementan la probabilidad de padecer esta enfermedad, haciendo que sea una condición que podría evitarse en muchos casos a través de cambios en los hábitos diarios.
La elección del 14 de noviembre como el Día Mundial de la Diabetes no es casual: esta fecha se estableció en honor al nacimiento de Frederick Banting, el científico canadiense que, junto con Charles Best, descubrió la insulina en 1921. Este descubrimiento revolucionó el tratamiento de la diabetes y continúa siendo esencial para millones de personas que viven con esta enfermedad, quienes dependen de la insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre.
A pesar de los avances médicos, la diabetes sigue siendo una de las principales causas de complicaciones graves como enfermedades cardiovasculares, ceguera, insuficiencia renal y amputación de extremidades. El tratamiento y la gestión de la diabetes son especialmente difíciles en áreas con bajos recursos, donde los pacientes a menudo enfrentan desafíos para acceder a la insulina y otros medicamentos esenciales. Por ello, el lema de este año, “Acceso a la atención para la diabetes”, enfatiza la necesidad de que todos los afectados puedan recibir atención adecuada sin importar su ubicación geográfica o situación económica.
La Dra. Anne Carlsen, especialista en endocrinología de la OMS, señala que “la diabetes es una epidemia silenciosa y un desafío global que exige colaboración e inversión en educación y prevención. No solo se trata de atender a quienes la padecen, sino de fortalecer la prevención en los grupos de riesgo.”
La prevención juega un papel crucial en la batalla contra la diabetes. Los expertos recomiendan adoptar un estilo de vida saludable desde edades tempranas, lo cual incluye una dieta equilibrada rica en frutas, vegetales, y granos enteros, así como la reducción de azúcares refinados y grasas saturadas. Además, realizar actividad física regular ayuda a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
“Sabemos que con cambios en la dieta y la incorporación de ejercicio regular, podemos reducir significativamente el riesgo de diabetes tipo 2”, comenta el Dr. Luis Torres, presidente de la Federación Internacional de Diabetes. “Este día es un recordatorio para promover estos hábitos y educar a la población sobre el impacto de la diabetes en la salud”.
En muchos países, la diabetes representa un gasto significativo en salud pública debido al costo de tratamientos y a las complicaciones derivadas de la enfermedad. Este es un recordatorio para que los gobiernos actúen en conjunto con organismos internacionales y la sociedad civil para garantizar el acceso a la atención médica, la medicación y la educación en salud para todos los ciudadanos. Programas de detección temprana y políticas públicas que fomenten la alimentación saludable y la actividad física son estrategias clave para contener esta crisis de salud pública.