Calabaza en dulce, calaveritas de chocolate, de amaranto y de azúcar, dulce de tejocote, dulces cristalizados, de leche y el típico pan de muerto, son los que familias utilizan para decorar y dar la bienvenida a los que ya se han adelantado
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Un altar para dar la bienvenida a los fieles difuntos, no es lo mismo sin los tradicionales dulces típicos de la temporada, no sólo por su peculiar y delicioso sabor, sino, por sus colores que embellecen cada altar.
Calabaza en dulce, calaveritas de chocolate, de amaranto y de azúcar, dulce de tejocote, dulces cristalizados, de leche y el típico pan de muerto, son los que familias utilizan para decorar y dar la bienvenida a los que ya se han adelantado en el camino y consentirlos en el mundo terrenal.
«Vendemos y hacemos dulces de higo, calabaza, camote, chilacayote, dulces de chimbo, turrones, eso es lo que tenemos».
Teresa Hernández, es una vendedora de dulces tradicionales en el mercado San Juan de Tuxtla Gutiérrez, este oficio que ha ido de generación en generación, pues además de venderlos, sus padres se dedican a hacerlos, cultivando así, una tradición que pretenden seguir conservándola año con año.
«Mi papá es el que oficialmente se encarga de hacer la calabacita, la lava, la parte, le tantea los pedazos que va a sacar, la pone en la olla, después le pone canela, azúcar y le va midiendo el agua y la pone en la leña».
La ofrenda de Día de Muertos es un ritual que nuestros ancestros adoptaron, cuyo fin es el de compartir comida y bebida con los visitantes del más allá.
El amor a la vida y la familia es el verdadero significado del Día de Muertos y se demuestran con un gran homenaje para nuestros difuntos.