El domingo 27 de agosto llegó a su fin el periodo de precampañas de Morena, aunque no se les llamó así. Los aspirantes recorrieron el país, difundieron su imagen y celebraron mítines, denominadas reuniones informativas en las entidades federativas, para convencer a quienes militan en ese partido, mostrar su capacidad de convocatoria y manifestar su lealtad al Presidente. Ahora, viene el momento definitorio.
Por medio de un ejercicio demoscópico que se realizará en todo el país a partir del 28 de agosto, se definirá a la persona que será nombrada candidata o candidato al poder Ejecutivo de la Unión para las elecciones de 2024 por parte del partido gobernante. El 6 de septiembre se sabrá el resultado y, con ello, el sistema político, como en antaño, se reorganizará hacia la elección constitucional.
Andrés Manuel López Obrador, líder indiscutible de Morena, no estuvo al margen del proceso; al contrario, intervino para, entre otras cosas, mantener la unidad en el partido-movimiento, lo que aún no se puede comprobar en tanto que la reacción de aquellos desfavorecidos con el resultado de la encuesta es incierto. Al menos, esto se dice de uno de los aspirantes. Marcelo Ebrard tuvo un discurso fuerte y exigió piso parejo. La confrontación con la dirigencia del partido –nunca con el Presidente– y el cuestionamiento hacia la principal competidora, Claudia Sheinbaum, hicieron evidente se sintió incómodo con un proceso que él mismo aceptó.
Lo que ocurra en estos días será decisivo para acreditar que la transformación se concretó en el espíritu cívico de militantes, contendientes, gobernantes, en fin, la sociedad toda.
¿Podrá evitarse el acarreo –que se evidenció en algunas asambleas informativas– para que la gente participe en la encuesta?, ¿será posible que no hayan presiones para votar por alguien?, ¿Los patrocinadores de las precampañas aceptarán el resultado a pesar de la “inversión” hecha en alguno de los postulados?, ¿qué pasará con los militantes de a pie, lejos de las cúpulas partidistas, si sienten que los dados se cargan hacia un lado o si son objeto de acciones que atenten contra su libertad de decidir?, ¿los partidos de oposición recibirán a alguno de los perdedores o a miembros de su equipo?
El partido gobernante tendrá su elección interna más importante, la que puede marcar su rumbo y permanencia. No es algo menor y hay que observarla con atención.