Ciudades desiertas, de José Agustín
Imaginar que un día tu esposa se marcha sin despedirse a Estados Unidos, con el objetivo de ser parte de un taller de poesía internacional y perfeccionarse como escritora, aventurándose a nuevas amistades eróticas, dejando en México el lastre de su relación y cotidianidad. Es algo que no existe en el imaginario machista mexicano.
Incluso en la película “Me estás matando, Susana”, del director Roberto Sneider y protagonizada por Gael García, esta historia se adapta con importantes variantes. Las más relevantes son que Susana actúa en consecuencia a los actos de su esposo, ella es infiel porque él lo fue primero; ella se va, porque él prefería la fiesta; y ella no es la protagonista (Verónica Echegui).
Pero en donde Susana sí es una mujer libre y protagonista, es en la novela “Ciudades desiertas”, del escritor mexicano José Agustín, quien lamentablemente falleció a sus 79 años, el pasado 16 de enero del 2024 en la en la ciudad de Cuautla, en el estado de Morelos.
En ese contexto, esta novela narra la historia mencionada y es en la que se basó el filme. Susana, es perseguida por su esposo Eligio, quien a lo largo de la historia logra comprender que no es de su propiedad y que no será doblegada a ser como los estereotipos suponen: abnegada, sumisa y madre.
Aunque esta novela fue publicada en 1982, los problemas que se manifiestan persisten hasta nuestros días, tanto la crítica social que se realiza a Estados Unidos, como el hecho de que aún se pretende condenar a las mujeres a un hombre por medio del matrimonio o a través de los hijos, sin dejarlas desarrollarse profesionalmente y vivir aventuras que sencillamente las hagan felices.
Es la primera obra que leo de José Agustín y no me imagino lo que este texto representó hace cuatro décadas, hablamos de que Susana emigró a otro país, habló su lengua y mantuvo relaciones sexuales con extranjeros. Tal y como hizo la Malinche, al hispanizarse y seducir a Cortés, convirtiéndose en símbolo de traición. Afortunadamente, hoy en día este personaje histórico es una figura feminista, representa a una mujer que desea y decide, como Susana, es una mujer libre.