La Esquina Rota /  Francisco Félix Durán

Comernos para erradicar el hambre, en La guía del caníbal

Algunos tenemos la fortuna de comer tres veces al día, sin saber que cada cinco segundos un niño menor de diez años muere de hambre, del mismo modo cada medio segundo fallecen entre ocho y diez personas por la misma razón, por lo que en ocho horas perdemos 8 mil vidas humanas por inanición, nos explica Martín Caparros, en su libro El hambre.

Al leerse las cifras mencionadas, es difícil entender por qué en la India no comen vacas por considerarlas sagradas o que, en el siglo II los egipcios y fenicios preferían comer carne humana que la de res, y que los somalíes consideran una vergüenza comer pescado.

Tras estos datos, quizás valdría la pena preguntarse ¿por qué enterrar un cuerpo que se convertirá en polvo en lugar de aprovechar su carne? Quizás al hacerte esta cuestión sientas aberración y esto se debe a un tabú alimentario heredado que hace ver al canibalismo como una abominación, explica Antonio Cascos en su libro La Guía Caníbal.

En ese contexto, en este libro que viene siendo un manual gráfico informativo, Cascos menciona que cada 3.6 segundos un individuo muere de hambre y que el cuerpo promedio de alguien podría alimentar a una persona durante un mes, además de contener suficientes proteínas para satisfacer las necesidades nutricionales de 60 adultos.

Y si estás pensando que esto es pecado, en Lamentaciones 4:10, dice que tras la destrucción de Jerusalén, las madres cocinaron a sus propios hijos para alimentarse con ellos; en Ezequiel 5:10, menciona que “los padres se comerán a sus propios hijos y los hijos se comerán a sus padres; en Isaías 9:20, dice que cada cual comerá la carne de su propio brazo y en Jeremías 19:20, se lee “Les haré comer la carne de sus hijos e hijas, y se devorarán entre ellos, en medio del angustioso asedio y de la miseria a que los reducirán sus enemigos, que quieren quitarles la vida.

Por otra parte, si ahora piensas que esto es un delito, realmente en la mayoría de los países como es el caso de México, no existe ninguna ley o artículo que sentencie el canibalismo, lo que en realidad se castiga es el homicidio y no está de más mencionar que tampoco es considerado una enfermedad mental

Así es que, con datos duros y argumentos sólidos, el autor de La Guía Caníbal nos hace plantearnos está posibilidad que podría salvar muchas vidas, agregando algunas recetas pare preparar cada parte del cuerpo humano, mencionando que sí y que no se debe comer, además de sus tiempos de cocción, asegurando que dependiendo la edad un humano puede saber a ternera o a cerdo.

Ahora bien, tras leer este libro descubrimos algunas falacias vistas en el cine o practicadas por caníbales, por ejemplo, en la ficción: Hannibal come un cerebro y en realidad un cerebro humano produce proteínas priónicas que causan la enfermedad de Creutzfeldt – Jakob, un trastorno degenerativo que mata las células cerebrales y en la realidad: el caso de Armin Meiwes y Bern Brandes (el primero quería ser comido y el segundo quería comer carne humana), ambos se comenta los genitales de Meiwes y estos además de ser esponjosos, tienen poco valor nutricional.

Finalmente, quiero mencionar que el escritor de esta guía no es caníbal, en realidad Antonio Cascos es un diseñador español y este libro fue su proyecto de titulación en la Oslo National Academy of the Arts, consiguiendo generar el debate a una problemática global como es el hambre, la sobrepoblación, falta de recursos y consumismo. Ahora que sabes los beneficios, no lo hagas.

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