La Esquina Rota / Francisco Félix Durán

El tatuador de Auschwitz: ¿Qué serías capaz de hacer por amor?

Se acaba de estrenar una serie llamada El tatuador de Auschwitz, basada en la novela homónima de Heather Morris, que narra la historia de amor entre Lale Sokolov y Gita, dos sobrevivientes del Holocausto que se conocieron en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz II-Birkenau, pero ¿qué diferencia existe entre esta historia y las tantas ya contadas?

Inicialmente, Morris conoce a Sokolov e inician una serie de entrevistas para escribir su historia, que la autora guardó hasta que el protagonista falleció y tuvo una gran razón para hacerlo. Estamos acostumbrados a ver o leer relatos sobre este genocidio con personajes que sobrevivieron de manera estoica y leal a sus convicciones, sin perder la fe, la esperanza y el amor; pero aquí tenemos una historia diferente.

Recién llegado al campo de concentración Lale trabaja construyendo barracones y medio come como todos los demás, con la consigna de que quienes se enfermen o resulten heridos de gravedad irá a la cámara de gas, esto si no los mata antes algún nazi por diversión o arranques de ira.

Lo anterior es la historia que todos conocemos, hasta que nuestro protagonista es rescatado por un tatuador que le enseña su oficio, la labor de estas personas era marcar con un número a los recién llegados para llevar un control. Así es, tenemos a judíos marcando judíos para ayudar al registro que llevaban los nazis, esto a cambio de una mejor alimentación y una habitación con cama.

En ese contexto, Lale conoce a Gita y con la ayuda de un oficial nazi con el que nuestro protagonista simpatizaba, comienzan una relación furtiva en donde colaboran otros judíos que son guardias, capataces y tatuadores de su mismo pueblo, en donde también hay concubinas de la SS.

Por otra parte, podríamos preguntarnos ¿qué seriamos capaces de hacer por amor? Sokolov hizo todo, desde ayudar al médico conocido como el Ángel de la Muerte en sus experimentos a cambio de medicina para su amada, hasta conseguir jóvenes abandonadas por los estragos de la guerra para prostituirse con los soldados rusos.

Es ahora cuando entendemos por qué Heather Morris guardó esta historia hasta el fallecimiento de Sokolov el 31 de octubre de 2006 y por qué demoró 11 años en encontrar una editorial que la publicará, así como por qué desde sus redes sociales el Memorial de Auschwitz (@AuschwitzMuseum) aconsejó no leer la novela, que incluso habla sobre prisioneros suicidándose como una forma de escapar cuando esto contradice sus creencias.

Sin duda, El tatuador de Auschwitz es una perspectiva más de este lamentable suceso que todos deben conocer y nadie debe olvidar. En el Holocausto fueron asesinados 6 millones de judíos y un millón de ellos perecieron en Auschwitz, con la complicidad de 8 mil 200 oficiales de la SS que sirvieron este campo de concentración y solo el 10% fue enjuiciado por estos crímenes.

Finalmente, y esto no es historia porque lo estamos viviendo hoy, se está llevando a cabo otro genocidio a la vista de todo el mundo y está ocurriendo en Gaza a manos de Israel, así es, el pueblo que vivió el Holocausto hoy hace lo mismo con los palestinos. A la fecha han asesinado a más de 43 mil 700 personas, el 70% son mujeres según la Organización de la Naciones Unidas (ONU) y han muerto 2 mil 360 niñas y niños de acuerdo con el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

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