La Esquina Rota / Francisco Félix Durán

¿Un día sin mexicanos?

Con la llegada de Trump al poder y cumpliendo la promesa de endurecer las políticas migratorias para poner fin a lo que llama «invasión», el viernes 24 de enero de 2025 iniciaron las deportaciones masivas desde Estados Unidos, con aviones militares y migrantes regresando por sus propios medios a sus países, cruzando la mayoría por la línea invisible que llaman la frontera de México.

En ese contexto, recordé la película Un día sin mexicanos, estrenada en el 2004 y dirigida por Sergio Arau, más conocido por la banda de rock Botellita de Jerez. Este filme narra la historia de la repentina desaparición de los latinos indocumentados en California y su impacto económico, social y productivo.

Es así como fuera del fenómeno inexplicable y las consecuencias que se plantean, nos encontramos con una comedia simplista que no da más pero que, si el título lo hacemos pregunta, nos hallamos con importantes reflexiones y debates sobre el valor de los migrantes para Estados Unidos.

Hace 20 años, Arau planteó la hipotética desaparición de latinos en California, dejando ver la dependencia a la mano de obra barata que implica la contratación de migrantes ilegales, generando importantes ahorros a los productores, constructores y a las familias que contratan servicios domésticos en el país vecino.

Hoy, con el inicio de las deportaciones masivas muchos productores estadounidenses reportan los campos vacíos, debido a la ausencia de los migrantes a quienes califican como trabajadores esenciales y temen el colapso de su industria; afirmando que esto sucederá tras solo unos días sin contar con la mano de obra para sembrar, cosechar u ordeñar y alimentar vacas.

Ahora, surgieron noticias falsas sobre que México negó el aterrizaje a aviones con migrantes y objetivamente hablando, lo ideal es que todos fueran repatriados a sus países, pero la mayoría está huyendo al nuestro y no gozamos de oportunidades laborales o sueldos competitivos con el país vecino, así que esperemos que nuestra nación no se convierta en un embudo por los caprichos del mandatario estadounidense, que en Gringolandía cambió el nombre del Golfo de México a Golfo de América (cucú).

Finalmente, la película de la que escribo hoy que toma gran notoriedad por la coyuntura actual, sirve para reflexionar y denunciar las necesidades de los productores, pero sobre todo lo que las y los mexicanos necesitamos, no olvidemos que las remesas representan el 3.4 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

Por otra parte, para las hermanas y hermanos migrantes que fueron repatriados, el Instituto Nacional Electoral (INE) tiene una campaña para dotarlos de credenciales para votar y así puedan identificarse, además de conseguir empleo y otros beneficios. Quienes tramitaron su última credencial después del 2014, bastará con sus huellas para identificarse y quienes lo hicieron años atrás, deberán presentar acta de nacimiento, comprobante de domicilio y una identificación con fotografía, de no contar con las dos últimas cosas mencionadas deberá acompañarse de dos testigos.  

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