La esquina rota / Francisco Felix Duran

Foto: Tiempo y Forma

Ya no es novedad encontrarse en las colonias de la capital chiapaneca, mantas y lonas con lemas como: «Vecinos unidos contra la delincuencia»; «Ladrón atrapado será linchado»; «Fuerza ciudadana anti-lacras»; y un sinfín de lemas más que denotan la inseguridad en la que viven las familias tuxtlecas, que han tenido que comenzar a hacer justicia por su propia mano ya que las autoridades no les brindan confianza.
Cada vez son más las colonias que se organizan entre vecinos para cuidarse las espaldas, esto debido a que tienen que actuar de inmediato porque si se trata de llamar a la policía y esperar a que atiendan, pasa aproximadamente más de una hora y para entonces los criminales ya se dieron a la fuga. (Supongo los continuos rondines policiacos de los que se jactan las autoridades, casualmente siempre están lejos de la escena del crimen).
Si bien es cierto que vivimos en una de las ciudades más seguras del país, también es verdad que no queremos figurar en las listas de entidades con mayor índice delictivo y, mucho menos que surjan vengadores anónimos como en los casos de La Marquesa y Naucalpan en el estado de México. Ya tenemos suficiente con los intentos de linchamiento y justicia ciudadana, para darnos cuenta que hacía allá vamos si las autoridades no realizan efectivamente su labor.
La confianza las autoridades es literalmente nula, porque no se han preocupado en lo más mínimo en evitar robos a casa habitación, asaltos a transeúntes, y en realizar rondines para proteger a las mujeres del acoso callejero, quienes al no tener a un agente que las proteja en metros a la redonda, han también decido hacerle frente a sus agresores y el remedio ha salido peor que la enfermedad.
Los mandos policiacos deben ponerse a trabajar y los ciudadanos aprender a denunciar, pero para lograr esto primero hay que recuperar la confianza perdida en los agentes de seguridad, que ahora la tienen mucho más difícil pues basta con ver las redes sociales para comprobar el repudio a las autoridades, y el apoyo absoluto a los vengadores anónimos o vecinos organizados que harán justicia pos si mismos con el apoyo de la sociedad, invitando a no denunciar a nadie que arremeta contra algún criminal.
En mi experiencia con los agentes policiacos debo decir que siempre llegan tarde, son prepotentes y continuamente tratan de sacarle provecho a cualquier situación (mordidas), están más pendientes de los «bolos» o parejas en situaciones supuestamente obscenas, que en el transeúnte que camina por calles solitarias o por dar rondines en barrios con alto índice delictivo, pero también debo reconocer que en dos ocasiones me encontré gente comprometida con su trabajo que amablemente me asesoró y apoyo en las emergencias requeridas.
@fcofelixd

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