La estafa maestra de los Duarte

Mientras que el gobernador de Veracruz presentó ante el Congreso, por medio de un tercero, una solicitud de licencia para dejar el cargo como Gobernador, el exmandatario de Chihuahua dejó una deuda millonaria al estado a través de la llamada «reestructura»

Portavoz / Agencias

[dropcap]E[/dropcap]l Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, a través del encargado de la Secretaría Particular del Ejecutivo, José Ramón Cárdeno Shaadi, envió al Congreso estatal el escrito donde solicita licencia para la separación del cargo con carácter de definitivo.
La presidenta del Congreso local, Octavia Ortega Arteaga, recibió el documento.
Por la mañana, Duarte adelantó en una entrevista con Televisa que solicitaría licencia a su cargo, a fin de atender las denuncias presentadas en su contra por enriquecimiento ilícito y desvío de recursos.
«El día de hoy voy a solicitar licencia al Congreso del Estado para dejar el cargo. Veracruz necesita un Gobernador de tiempo completo y no puedo estar atendiendo las denuncias [por desvío de recursos en su contra] si estoy en el cargo. Necesito el tiempo para atenderlas, ya es tiempo para dar la cara», dijo Duarte en entrevista con Carlos Loret de Mola, a 48 días de concluir su mandato.
El Gobernador aseguró que nadie le pidió que dejara el cargo, dijo que fue «una decisión personal».
Duarte de Ochoa negó que quiera huir de Veracruz y señaló que se quedará en el estado hasta concluir las investigaciones en su contra.
«Me quedo en Veracruz. No es un tema de huir, es al revés, es para dar la cara, es para enfrentar esta situación y es para, sin soberbia lo digo, evitar que Veracruz siga estando en una coyuntura política», dijo.
El priista negó que su administración haya incurrido en actos ilícitos.
«Es irrisorio decir que me robé 35 mil millones de pesos. No tengo cuentas en el extranjero. En paraísos fiscales», dijo en el programa «Despierta».
El Gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, dijo que el anuncio de Duarte sobre su solicitud de licencia es para «lavarse las manos» del problema que existe en el estado.
Más tarde, en conferencia de prensa, el panista prometió llevar a Javier Duarte a prisión. Reiteró que los documentos que tiene en su poder servirán para proceder en su contra el mes de diciembre.
«La información que tengo hará cimbrar al país. Daré a conocer hasta dónde llegó Duarte. Trabajando, investigando, cruzando datos, haciendo uso de experiencia a través de contactos, viajes, recopilamos informaron total que será sustantiva para proceder contra Duarte en diciembre», aseguró.
Desde los primeros meses, la administración de Javier Duarte fue un caos. Fue señalado por ciudadanos, ONGs nacionales y extranjeras, y un puñado de medios de comunicación que se atrevieron a denunciar sus acciones y omisiones.
Hoy Duarte solicitará licencia, a poco más de un mes de concluir su mandato y cuando el tricolor le ha dado la espalda y la Procuraduría General de la República (PGR) lo investiga a él y a sus cercanos.
Por si fuera poco fue la causa de que el Revolucionario Institucional sufriera una dolorosa derrota en un estado que le aporta millones de votos, por primera vez en 80 años cedió el poder al Partido Acción Nacional (PAN).
A fin de mes, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) confirmó que al menos 10 servidores públicos del Gobierno de Duarte estaban involucrados con la creación y pagos a empresas fantasma en la entidad, mismas que presentan irregularidades fiscales.
En un reporte sobre el avance de las investigaciones, el fisco detalló que se identificaron a 34 contribuyentes –33 personas morales y una física– que están relacionados con esas empresas fantasma.
Sobre los prestanombres, y empresas fantasma, Duarte dijo que no hay manera de comprobarlo y que no existe algo que pueda vincularlo.
Duarte de Ochoa llegó a la gubernatura de Veracruz, tras una polémica y cuestionada elección, el 1 de diciembre de 2010 a la edad de 37 años. Es miembro de «la nueva generación del priismo que marcaría el rumbo de México», según las palabras del propio Presidente Enrique Peña Nieto, quien todavía hace tres años lo respaldaba y lo ponía como ejemplo ante el resto de los gobernadores.
La amistad se fracturó este año, luego de que el SAT iniciara una investigación en su contra, misma que recientemente atrajo la PGR.
Tras ser electo como Gobernador, Javier Duarte fue acusado de incurrir en actos anticipados de campaña. El caso llegó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que finalmente falló a su favor. Ese sólo fue el inicio de una serie de irregularidades que se cometerían durante la administración duartista, y a pesar de todos los señalamientos en su contra no fue sino hasta el pasado 26 de septiembre que la Comisión de Justicia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) decidió suspender los derechos político-partidistas del mandatario veracruzano.
A 48 días de concluir su mandato y con la solicitud de licencia, el legado que Duarte de Ochoa deja en Veracruz está marcado, como ya se alertaba desde los primeros meses de su administración, por la violencia, inseguridad, pobreza y represión.

La deuda en chihuahua

Desde el 5 de septiembre de 2013, el entonces Gobernador de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, recibió autorización del Congreso local para llevar a cabo una «reestructura» o «refinanciamiento» de la deuda que había acumulado más la que generara hasta el final de ese ejercicio fiscal.
Era su tercer año de Gobierno y, una semana antes, había adquirido un crédito bursátil por 11 mil 999 millones de pesos, la operación más abultada de todas las que aparecen en su reporte de deuda pública hasta diciembre de 2015.
Esta cantidad era adicional a los 23 mil 284 millones en pasivos con los que había cerrado 2012 y que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), eran un 85.5 por ciento más que los que había recibido al iniciar su Gobierno.
Pero era también el primer año del sexenio de Enrique Peña Nieto, quien un año antes había ganado la Presidencia de la República en una elección coordinada por su luego Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y apoyada sobre todo por gobernadores priistas como el chihuahuense Duarte.
La decisión tomada entonces para la ya abultada deuda pública formada en Chihuahua fue hacer una «reestructura» o «refinanciamiento» a través de un Fideicomiso Maestro que recibiría miles de millones de pesos de recursos públicos que, a su vez, servirían de garantía de pago de futuros préstamos para el mismo mandatario.
Este esquema de «reestructura» aparece descrito en el decreto 1370 del Gobierno del Estado de Chihuahua, publicado el 5 de septiembre de 2013 y que, pese al ya alto nivel de endeudamiento, autorizó a Duarte desde entonces para recibir préstamos por hasta 30 mil millones de pesos adicionales.
El mismo documento oficial establece que la garantía o fuente de pago de estos nuevos préstamos sería «hasta el cien por ciento» de los recursos que le correspondieran a Chihuahua del Fondo General de Participaciones (FGP) del Ramo 28, y «hasta el cien por ciento de los ingresos presentes y futuros que le corresponden al estado por cualquier impuesto» estatal.
Con estas garantías de pago, al día siguiente de la publicación del decreto, Duarte contrató otras dos emisiones bursátiles que en total le dieron acceso a otros dos mil 800 millones de pesos.
Y, el 26 de noviembre siguiente, junto con una empresa privada, constituyó el Fideicomiso Maestro Irrevocable de Administración y Fuente de Pago F/0152, destinado para recibir las transferencias de los recursos federales y estatales con los que se garantizarían aún más préstamos.
Así, al día siguiente, al amparo de este nuevo Fideicomiso Maestro, Duarte contrató otros cinco préstamos (tres con Bancomer, uno con Multiva y otro con Interacciones) por otros 12 mil 624.5 millones de pesos. Y, en 2014, otros seis por siete mil 100.5 millones.
En total, de acuerdo con el más reciente reporte sobre la «Situación que guarda la deuda pública estatal» de Chihuahua, 19 mil 725.1 millones adquiridos por Duarte al amparo del mismo Fideicomiso Maestro 152 creado en la «reestructura» de su deuda.

«Es irrisorio decir que me robé 35 mil millones de pesos. No tengo cuentas en el extranjero. En paraísos fiscales» Cesar Duarte

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