El Poder Judicial ya tiene el mapa del rezago penal. Ahora, el reto político es mover las estructuras para que la justicia deje de ser promesa aplazada
Aquínoticias Staff
No es menor lo que acaba de ocurrir: el Poder Judicial del Estado presentó por fin un diagnóstico detallado sobre el rezago en los juzgados penales de primera instancia. Por primera vez, las cifras permiten ver el esqueleto del sistema: dónde se atasca, qué lo retrasa y, sobre todo, qué podría hacerse para cambiarlo.
Durante la mesa de trabajo encabezada por el magistrado presidente Juan Carlos Moreno Guillén, se expusieron los hallazgos de este estudio que retrata un sistema penal atascado en la burocracia, con cargas desproporcionadas para jueces y juzgados, y miles de expedientes que no avanzan.
Pero más allá de los datos, lo relevante es lo que se decide hacer con ellos. Porque el diagnóstico no puede quedarse como una postal del desastre, sino como un parteaguas. Las grietas están mapeadas: toca mover estructuras, reasignar capacidades y dejar de normalizar la lentitud.
El informe fue presentado por la jueza Ana Lilia Portela Hernández, del Juzgado Penal de los distritos de Chiapa, Cintalapa y Tuxtla «El Amate», y coordinado por el asesor de Presidencia, José Eduardo Morales Montes. En el acto participaron también fiscales, magistrados, comisarios y operadores clave del sistema de justicia penal tradicional. Todos coincidieron: hay que transformar.
Las oportunidades están identificadas. Se requiere voluntad política y operativa para traducirlas en reformas, en redistribución de personal, en justicia más cercana y más rápida. Y no solo porque lo diga un documento, sino porque lo grita la realidad de quienes llevan años esperando justicia sin respuesta.