48 por ciento de los embarazos en el mundo no son intencionales: 121 millones ocurren cada año, 331 mil diarios; más del 60 por ciento terminará en aborto y todos estos embarazos suponen un fracaso mundial en la defensa de los derechos fundamentales
Redacción Cimac Noticias
Ciudad de México.- No lo buscaron y mucho menos lo planearon. 48 por ciento de los embarazos en el mundo no son intencionales: 121 millones ocurren cada año, 331 mil diarios; más del 60 por ciento terminará en aborto y todos estos embarazos suponen un fracaso mundial en la defensa de los derechos fundamentales que han generado una crisis invisible con repercusiones en el desarrollo social de los países y en la vida de las mujeres y las niñas.
Lo anterior son algunas de las conclusiones de la edición de 2022 del informe «Visibilizar lo invisible: la necesidad de actuar para poner fin a la crisis desatendida de los embarazos no intencionales» publicado este 5 de marzo por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).
«Más allá del contexto personal, los embarazos no intencionales tienen raíces sociales y consecuencias globales […]. De lo que se trata este informe es de las circunstancias que existen antes de un embarazo no intencional, cuando la capacidad de decisión de una persona o de una pareja se ve socavada gravemente, y de las muchas repercusiones que le siguen, que afectan a los individuos y a las sociedades a lo largo de varias generaciones», menciona en el informe la directora ejecutiva del UNFPA, Natalia Kanem.
La desigualdad de género
Pese a que existen diversos tratados y acuerdos internacionales que garantizan el derecho humano de elegir si se quiere tener hijos o no, muchas mujeres y niñas en el mundo no pueden decidir. La proporción de mujeres de entre 15 y 49 años que toman sus propias decisiones informadas sobre las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y la atención de la salud reproductiva es apenas del 56.1 por ciento, de acuerdo con datos del informe. «Las tasas de embarazos no intencionales son un reflejo del desarrollo general. La toma de decisiones reproductivas informadas forman parte de un ciclo positivo en el desarrollo».
A nivel mundial se estima que 257 millones de mujeres que quieren evitar un embarazo no usan métodos anticonceptivos seguros y modernos y, entre ellas, 172 millones no utilizan ningún método. Existe una variedad de obstáculos que contribuyen a los embarazos no intencionales, como la falta de información y servicios de salud sexual y reproductiva, la inaccesibilidad a éstos, la falta de opciones adecuadas para las circunstancias de las mujeres, y los mitos y estigmas alrededor del tema.
Pero no sólo eso, el informe destaca que esta crisis de derechos humanos ha tenido consecuencias graves. Una de ellas es que tres de cinco embarazos no intencionados y no deseados terminan en aborto y se estima que un 45 por ciento de estos procedimientos se llevan a cabo en condiciones de riesgo en países donde la práctica es ilegal, restringida o costosa. Cada año entre 4.7 y 13.2 por ciento de las muertes maternas se deben a esta causa.
Aunque no hay conclusiones definitivas, el análisis realizado muestra que los países con mayores índices de desarrollo «probablemente son aquellos en los que los servicios de anticoncepción son más accesibles y en los que las mujeres se encuentran con menos obstáculos culturales para gestionar sus preferencias en materia de fecundidad».
El estudio hace una diferencia entre embarazo intencional, embarazo no deseado y embarazo inoportuno. El intencional se refiere a»un embarazo en una mujer que no tenía planeado tener más hijos o un «embarazo inoportuno», que sucede antes de lo deseado».
«Embarazo no deseado» es aquél que no es deseado por la mujer, que no quería tenerlo.
El «embarazo inoportuno», es el «embarazo que se produce en un momento de la vida de una mujer que no tenía planeado quedarse embarazada, aunque deseara tener hijos en algún momento del futuro». En el campo académico se suele definir como un «embarazo que se produce al menos dos años antes de que la mujer deseara tener un hijo». Por lo general, detalla el documento, estos embarazos se consideran intencionales.
La publicación con más de 150 páginas llama a los países a aplicar algunas posibles soluciones, entre las que se encuentran: reformular su discurso, de tal forma que los embarazos no intencionales se vean como un problema exclusivo de las mujeres; garantizar políticas que apoyen la autonomía corporal individual, pero con una responsabilidad social más amplia; invertir en investigación para detectar las consecuencias y causas específicas de estos embarazos; implementar servicios de salud integrales; garantizar que los sistemas sanitarios tengan perspectiva de género, e invertir en el empoderamiento de las mujeres y las niñas.