Las icónicas reservas naturales de Chiapas, que albergan una biodiversidad única y valiosa, enfrentan graves amenazas que ponen en peligro de extinción a más de 20 especies animales. La caza furtiva, el tráfico ilegal y la destrucción de hábitats son algunos de los problemas principales
Aquínoticias Staff
Las reservas naturales de Chiapas, La Encrucijada y el Volcán Tacaná, albergan una biodiversidad única y valiosa para México y el mundo. Sin embargo, ambas regiones enfrentan amenazas graves que ponen en peligro de extinción a más de 20 especies animales. La caza furtiva, el tráfico ilegal de especies y la destrucción de hábitats son solo algunos de los problemas que comprometen el equilibrio ecológico de estos santuarios naturales.
La Encrucijada: un santuario en peligro
Ubicada en la Costa de Chiapas, la Reserva de la Biosfera La Encrucijada cubre 164,868 hectáreas desde Mazatán hasta Pijijiapan. Esta área protegida, famosa por sus humedales, alberga especies de flora y fauna de gran valor, muchas de ellas amenazadas por el tráfico ilegal de animales. Según Gerardo Pérez Galdámez, responsable del área de turismo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), el comercio ilegal de pericos, loros y cotorras ha incrementado alarmantemente.
“El tráfico ilegal de pericos, loros y cotorras los pone en riesgo, ya que muchas de ellas están en peligro de extinción. Lamentablemente, las familias de la región siguen adquiriéndolas como mascotas”, señala Pérez Galdámez. Aunque se llevan a cabo pláticas de concientización en las comunidades y recorridos de vigilancia, la vasta orografía dificulta la protección efectiva de estas aves y otras especies.
El Jaguar y otras especies en extinción
La Encrucijada es también el hogar de especies como el jaguar, el mono araña y tortugas marinas como la Golfina y la Laúd. Reynerio Ovalle, guardabosque de la reserva, destaca que estas especies enfrentan múltiples amenazas, incluyendo la caza furtiva y la deforestación. “El jaguar es clave para el equilibrio del ecosistema, pero su población ha disminuido considerablemente debido a la pérdida de su hábitat”, advierte Ovalle.
El deterioro de estos ecosistemas no solo afecta a las especies en peligro, sino también al delicado equilibrio ecológico de la región. La desaparición del jaguar, un depredador tope, podría desatar una cascada de consecuencias negativas en la cadena alimenticia, afectando tanto a otras especies como a la calidad del ecosistema.
Volcán Tacaná: el refugio de especies únicas
El Volcán Tacaná, situado en la frontera entre México y Guatemala, es otro ecosistema crucial para la biodiversidad de Chiapas. Este volcán, que sirve como puente biológico entre Mesoamérica y el norte de México, alberga una mezcla única de especies que se encuentran en peligro de extinción, tanto animales como vegetales.
Francisco Javier Jiménez González, director de la Reserva de la Biosfera del Volcán Tacaná, advierte que especies como el quetzal, símbolo cultural para las civilizaciones mayas y aztecas, enfrentan la pérdida de su hábitat debido a la deforestación y la agricultura intensiva. “La desaparición del quetzal representaría una pérdida cultural irreparable para la región”, señala Jiménez.
El Volcán Tacaná también alberga especies endémicas como el pavón, el chipe rosa y otras aves migratorias que llegan del centro y norte del país. No obstante, la deforestación y el tráfico ilegal de vida silvestre continúan siendo los mayores desafíos para la conservación de estas especies.
Iniciativas de conservación y el papel de la comunidad
Tanto La Encrucijada como el Volcán Tacaná han sido objeto de esfuerzos de conservación liderados por organizaciones locales e internacionales. Programas de reforestación, creación de corredores biológicos y patrullajes contra cazadores furtivos son algunas de las medidas implementadas. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas depende en gran medida de la participación activa de las comunidades locales.
“Es fundamental que las autoridades, las organizaciones de conservación y las comunidades locales trabajen juntas para implementar estrategias efectivas que protejan estos ecosistemas”, enfatiza Jiménez González. A largo plazo, la preservación de estas áreas no solo es crucial para el equilibrio ecológico, sino también para la identidad cultural y natural de Chiapas.
Un llamado urgente a la acción
La situación es crítica. Las especies que habitan en La Encrucijada y el Volcán Tacaná están al borde de la extinción. El tráfico ilegal de animales, la deforestación y la falta de vigilancia eficaz siguen siendo los principales desafíos. Si no se actúa ahora, las futuras generaciones podrían no llegar a conocer estas especies, lo que implicaría no solo una pérdida ecológica, sino también cultural para la región.
Es responsabilidad de todos, desde las autoridades hasta los ciudadanos, tomar medidas para proteger la rica biodiversidad de Chiapas. La preservación de estos ecosistemas no solo es vital para las especies que los habitan, sino también para garantizar que el legado natural de la región se mantenga para las generaciones futuras.
Con información de Diario del Sur