Hace unos días develaron una placa en la casa en la que vivió y murió una de las pioneras del feminismo en México
Alejandra Muñoz Ortiz*
«El feminismo que hoy representamos, está formado por mujeres soñadoras de lo infinito», estas palabras fueron dichas por Florinda Lazos León el 1ro de octubre de 1931 frente a 500 mujeres provenientes de todos los estados de la República Mexicana. Hoy esta frase quedó cristalizada en la placa que se develó en la casa en la que vivió Florinda Lazos en Chiapa de Corzo, para que las niñas y mujeres de Chiapas y todo México recordemos el infinito con el que alguna vez soñaron las pioneras del movimiento en defensa de nuestros derechos.
En ese entonces, Florinda fue la oradora principal del Primer Congreso Nacional de Mujeres Obreras y Campesinas realizado en la Ciudad de México. Contaba con 33 años, ya había sido la primera diputada mujer en Chiapas, fundadora del primer periódico chiapaneco dirigido únicamente por mujeres «El altruista», directora de otra publicación en la que se anunció su candidatura al Congreso del Estado «La Gleba» y era jefa del Cuerpo Consultivo del Comité del Primer Congreso Nacional de Mujeres Obreras y Campesinas. Florinda se encontraba a mitad de su vida y su ímpetu ya era ejemplo de cómo el infinito podía convertirse en algo tangible.
La palabra significó para Florinda una trinchera de lucha y un espacio para verter sus sueños. Desde sus colaboraciones en la prensa, hasta sus discursos públicos y cartas personales, el gusto por apropiarse de la palabra, tensarla, jugar con ella, es un distintivo de la fluidez de su pensamiento.
En el artículo inicial del Altruista, primer periódico dirigido únicamente por mujeres, publicado el 18 de julio de 1919, el directorio conformado por Fidelia Brindis, Florinda Lazos y Sofía Calderón da a conocer su intención para que las mujeres chiapanecas se incluyan dentro de la cultura letrada de la prensa para difundir ideas regeneradoras que conformen a la Mujer Moderna:
La mujer chiapaneca en su evolución paulatina, pero siempre ascendente, ha fortalecido su cerebro, dispuesto a albergar los más bellos sentimientos (que puede llamarse la estética del corazón); ha bebido en los mismos libros y en las fuentes del Deber, a fin de llevar la luz a la conciencia popular, y hoy, aunque no con vastos conocimientos por primera vez descorre el velo de la rutina, presentándose modestamente, entre las Sociedades de la Prensa.
El Altruista fue un parteaguas en medio de una cultura letrada chiapaneca, preponderantemente masculina y patriarcal, en la que las mujeres quedaban de lado o se las tomaba en cuenta únicamente como musas, nunca como las creadoras y directoras de la palabra.
Florinda Lazos fue una mujer lectora. Por medio de la lectura de biografías de mujeres sobresalientes como Cleopatra, Lucrecia, Juana de Arco, sor Juana Inés de la Cruz y Josefa Ortiz de Domínguez, pudo tener una consciencia histórica de la situación social de su sexo: «Cuando surgían mujeres [como ellas] eran bólidos fosforescentes en noche de tinieblas, que por un momento atraían la admiración, para luego quedar su recuerdo consignado a la Historia, porque la mujer ineducada seguía desatando con sus pasiones, terribles y constantes tempestades».
La fluidez con la que la pluma de Florinda Lazos ordena y presenta su crítica a la sociedad en la que nació, a la vez que con un lenguaje rico en imágenes retóricas ilustra sus deseos para que las mujeres ocupen un lugar preponderante en la Modernidad, dan cuenta de cómo la activista hace uso de la palabra como herramienta de lucha política.
Florinda fue coetánea de otras mujeres que en otras latitudes estaban librando batallas contra los estereotipos de género establecidos y las desigualdades sociales producidas por las relaciones entre hombre y mujeres, como Simone de Beauvoir y Virginia Woolf. Estas autoras también hicieron uso de la palabra para generar otros imaginarios de mundos posibles en los que las mujeres dejemos de vivir en condiciones de desigualdad.
Para darles su justo lugar en la historia, a las pioneras del movimiento feminista en Chiapas es necesario volver a sus palabras y a sus vidas, a la esencia de quiénes fueron esas mujeres soñadoras de lo infinito. Para que las niñas, jóvenes y mujeres chiapanecas, vean en Florinda y en sus compañeras de lucha lo que el movimiento de mujeres mundial ve en mujeres como Simone de Beauvoir y Virginia Woolf.
*Integrante de la Colectiva Florinda Lazos León