América Latina está expuesta a un inestable escenario geopolítico y económico mundial que ha provocado desaceleración del crecimiento económico y una lenta generación de empleo, sobre todo de calidad junto con fuertes presiones inflacionarias y caídas importantes en la inversión; el bajo crecimiento mostrado al inicio de esta década puede llevar a la región a un nuevo retroceso en su desarrollo social y a un escenario de inestabilidad en los planos social, económico y político.
Así de preocupante es el diagnóstico del Panorama Social de América Latina y el Caribe publicado hace unos días por la Cepal, organismo que proyecta que para 2023 el crecimiento alcanzará solo el 1.4% del PIB en la región, tras la expansión del 6.5% en 2021; tal escenario provocaría incremento de la pobreza, de la inseguridad alimentaria y nutricional que pone en riesgo el desarrollo y bienestar de toda una generación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
La desigualdad continúa estancada; su reducción se ha mantenido inalterable desde 2017 y se profundizó como efecto de la pandemia. El informe destaca que en 2022 la pobreza extrema en la que se encuentra 13.1% de la población en el hemisferio, se elevó a niveles que no se habían visto en dos décadas, mientras que la tasa de pobreza se ubicó en 32% de la población.
La caída de ingresos que se presentó al iniciar la pandemia en prácticamente todos los países de la región, tiene su origen en el marcado descenso de los ingresos laborales; para contrarrestarlo miles de hogares se vieron beneficiados por transferencias que realizaron algunos gobiernos. La inflación tampoco cede y golpea a aquellos hogares en situación de pobreza y pobreza extrema, en medio de un entorno marcado por la alta informalidad y la débil recuperación de empleos de calidad.
Al respecto, el Inegi dio a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al primer trimestre de 2023, que reporta un aumento de dos millones en la población ocupada respecto al mismo periodo del año anterior, sin embargo, en este país sigue siendo mayor el número de personas que se encuentran en la ocupación informal (32.4 millones) que en la ocupación formal (26.5 millones).
La Cepal sostiene que América Latina no ha podido retomar la senda de crecimiento y de reducción de la pobreza y la desigualdad. Para atender esos desafíos propone que los países adopten políticas de protección social universal y generen condiciones para el desarrollo pleno de las capacidades de las personas. Es deseable todo ello como una prioridad en las agendas, que aunado a la inseguridad y violencia plantean una dura perspectiva para una o más generaciones.