En un ambicioso plan de reestructuración, el gobierno de Claudia Sheinbaum introduce el “Derecho Petrolero para el Bienestar”, un nuevo régimen fiscal que busca generar ahorros de hasta por 50 mil mdp y fortalecer la soberanía energética
Aquínoticias Staff
En un contexto de urgencia por revitalizar el sector energético de México, la Presidenta Claudia Sheinbaum presentó el «Derecho Petrolero para el Bienestar», un régimen fiscal diseñado para dar un nuevo impulso a Pemex y redirigir sus recursos al desarrollo del país. Bajo esta reforma, Pemex tributará un 30% en petróleo y un 11.63% en gas no asociado, lo cual, según Sheinbaum, permitirá a la empresa retener ingresos clave para mejorar su operatividad. “Esto va a permitir capitalizar a Pemex todavía más y que permita que los ingresos que tiene los pueda utilizar para sus propias funciones”, declaró en una conferencia, subrayando que este esquema fiscal integrará el Paquete Económico 2025 y será sustentado por una reforma constitucional en materia energética.
El nuevo régimen se complementará con el Plan de Austeridad Republicana para Pemex, que estima un ahorro de 50 mil millones de pesos. Según Sheinbaum, esta iniciativa se traduce en una operación más eficiente y transparente, “será mucho más transparente, reducirá sus mecanismos de gasto”, dijo, en referencia a la racionalización de las 40 filiales que actualmente conforman la empresa.
Uno de los aspectos fundamentales de esta reforma es la implementación de proyectos mixtos que, sin comprometer la soberanía nacional, permitirán la inversión privada en sectores estratégicos como la producción de hidrocarburos, fertilizantes y petroquímicos. Luz Elena González, secretaria de Energía, destacó: “El foco estará en fortalecer la soberanía y la seguridad energética, mediante una exploración responsable y sostenible”. González subrayó que la estrategia priorizará el consumo nacional por encima de las exportaciones y se mantendrá una relación de reservas para asegurar el suministro energético por al menos diez años.
La mandataria señaló que, entre 2007 y 2018, el endeudamiento de Pemex creció un 129.5%, sin reflejarse en una mejora de sus indicadores de producción. Sheinbaum destacó que, durante ese periodo, se redujo la producción de petróleo, gas y gasolina, lo que llevó a una creciente dependencia de las importaciones. Este régimen busca corregir ese rumbo. Según Víctor Rodríguez Padilla, director de Pemex, uno de los pilares del plan será reducir la deuda de la empresa, que ha lastrado sus finanzas.
Rodríguez Padilla también detalló metas específicas de producción para Pemex. Entre ellas, mantener una producción de 1.8 millones de barriles diarios de hidrocarburos líquidos, incrementar la capacidad en refinerías estratégicas, y consolidar el programa de «Gasolinas del Bienestar», que busca cubrir áreas sin suficiente acceso a combustible. “El Segundo Piso de la Transformación continuará con el fortalecimiento de Pemex, aplicando un Plan de Austeridad Republicana para lograr un ahorro de 50 mil mdp”, afirmó.
Parte fundamental de la estrategia incluye un compromiso con la sostenibilidad. Rodríguez Padilla aseguró que cada uno de los proyectos implementará un Plan de Sostenibilidad que implicará la reducción de emisiones, el uso de aguas tratadas y la protección del medio ambiente. Este enfoque se extiende también a la política de precios: la secretaria González se comprometió a no aumentar los precios de combustibles en términos reales durante los próximos seis años, manteniéndolos controlados y protegiendo así la economía de los hogares mexicanos.
La secretaria de Energía enfatizó que cualquier proyecto con impacto en comunidades indígenas pasará por consultas públicas y un proceso de verificación de beneficios sociales. Además, aseguró que no se realizarán proyectos que afecten negativamente a las comunidades, una estrategia destinada a reconciliar el desarrollo económico y social con el respeto a los derechos locales.
La implementación del «Derecho Petrolero para el Bienestar» representa un cambio fundamental en la visión estatal sobre Pemex, buscando no solo una mayor eficiencia y capitalización, sino una restauración de la soberanía energética. Esta reforma, respaldada por un fuerte compromiso con la transparencia y sostenibilidad, marca un giro decisivo respecto a los enfoques anteriores en el sector energético mexicano. La austeridad, la racionalización operativa y el compromiso social que sustentan esta estrategia representan los pilares de una transformación que pretende rescatar la esencia de Pemex como una empresa clave para México y su desarrollo a largo plazo.
Con información de El Imparcial
