La ruptura anunciada y ¿acordada con Manuel?

La renuncia a la dirigencia, la militancia al Partido Verde y a la diputación local por parte de Eduardo Ramírez Aguilar durante la denominada Asamblea por la Dignidad pone en riesgo el proyecto sucesorio del presidente Enrique Peña Nieto, sostienen algunos analistas políticos. Un evento de esta naturaleza reúne las características de un acto gubernamental y no habría sido posible «sin la respectiva autorización», añaden

Omar Flores Penagos / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]l PRI se impuso, respondió Eduardo Ramírez Aguilar al mediodía del sábado. Más tarde, un video confirmaría lo que en la opinión pública local se venía manejando desde meses atrás: de no ser el candidato de la alianza PRI-Verde, pero particularmente si Roberto Albores Gleason resultaba el ungido, ERA rompería con el Partido Verde, se llevaría su estructura y dejaría el «cascarón».
Cumplió. La mañana de este domingo 21 de enero, en la plaza central de la capital chiapaneca, el conocido como «Jaguar Negro» renunció al partido con el que su amigo Manuel Velasco Coello se convirtió en el primer gobernador verde del país. Renunció al instituto político del que era dirigente estatal y con el que quería ser candidato a gobernador de Chiapas.
Aunque las cifras emitidas por su oficina de prensa estimaron alrededor de 30 mil chiapanecos congregados en la plaza central de Tuxtla Gutiérrez, los reportes de la prensa local sostuvieron que los asistentes no superaron los 10 mil, no obstante, el mensaje fue claro: «La imposición en Chiapas no prosperará», al tiempo de anunciar su incorporación a las filas de la sociedad civil.
Durante la llamada Asamblea por la Dignidad, el ahora «ciudadano» (pues también anunció su renuncia a la presidencia de la Junta de Coordinación Política como a la diputación local) sostuvo que Chiapas vivió este domingo una movilización ciudadana para mostrar su unidad y solidaridad, así como el descontento por haber impuesto, desde el Centro del país, la coalición a la gubernatura del estado favoreciendo a otro partido político, sin tomar en cuenta la consulta a las bases.
Durante su pronunciamiento, aseguró que esta determinación es congruente con los principios que siempre ha ostentado y fue claro al señalar que los militantes del Verde siempre optaron por ir a las próximas elecciones, separados de cualquier otra sigla, toda vez que representan la primera fuerza política en Chiapas.
En su mensaje recordó que durante el movimiento magisterial manifestó su postura respecto a la reforma educativa y en su momento pidió abrir el diálogo y el respeto a los derechos laborales de los maestros. «Sigo pensando lo mismo, no cambiaría ni una coma y si ese fue el motivo para hacerme a un lado por parte de aquellos que creen que deciden el destino de Chiapas, les digo: No me arrepiento y sigo creyendo que la calidad educativa va de la mano de las maestras y los maestros, de los padres de familia, con ellos y no sin ellos vamos a seguir adelante y no me voy a detener en esa preocupación por Chiapas, no nos vamos a echar para atrás», expresó.
En el encuentro ciudadano, donde estuvo acuerpado por diputados de la legislatura local, presidentes municipales, líderes políticos y sociales, Ramírez Aguilar brindó palabras de gratitud y reconocimiento para Manuel Velasco Coello con quien —dijo— construyó sueños y propósitos y a quien hoy deslinda de sus acciones y decisiones políticas.
ERA insistió que tras su movimiento no se halla la mano del gobernador Manuel Velasco Coello, no obstante, el enorme despliegue y la logística del evento tuvo todas las características de los actos gubernamentales (acarreo incluido). De ser como dice, algunos analistas coincidieron en que esta «rebeldía» pone en riesgo la permanencia y continuidad del proyecto de gobierno y la falta de control por parte del gobernador alienta la posibilidad de un interinato, un indicador de ello sería la llegada de Luis Miranda como delegado del CEN del PRI a Chiapas.
De ser lo contrario, y el gobernador Manuel Velasco dio consentimiento a su amigo de romper con el Partido Verde, el mensaje sería una afrenta directa al proyecto presidencial sucesorio de Enrique Peña Nieto y a su candidato José Antonio Meade, a quien debería garantizar el triunfo en Chiapas pero no parece actuar en consecuencia.

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