La vida campesina, precaria y hasta peligrosa

La Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas asegura que en 13 estados, entre ellos Chiapas, se presentan los mayores casos de desapariciones, riesgo a la vida y condiciones deplorables de trabajo

Portavoz Staff

[dropcap]T[/dropcap]rabajadores jornaleros del campo viven auténticas pesadillas en su búsqueda de trabajo, pues está documentado que se enfrentan a serios peligros contra su vida al ser obligados a trabajar desprotegidos y desprovistos de herramienta para realizar su labor; aunado a ello, se desempeñan en condiciones insalubres.
De acuerdo con datos oficiales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, este sector de la población asciende a 3 millones de personas, y al sumar las familias de todos ellos, la cantidad sube a 12 millones de mexicanos ligados a la vida en el campo. Entre ellos, al menos un millón salió de su lugar de origen a trabajar en granjas de otras entidades.
Al respecto, la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras dio a conocer datos relevantes acerca de las condiciones precarias de vida y trabajo que enfrentan, además de las vejaciones y abusos que sufren de parte de sus patrones.
Menciona que los estados con mayores índices en esos aspectos son: Chiapas, Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas.
Asimismo, esta organización planteó el aumento de desapariciones masivas de campesinos jornaleros, quienes en su mayoría salen de los estados más pobres del país, entre ellos Chiapas, y buscan trabajo en granjas donde se cultivan productos de exportación.
Al respecto, la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras menciona que la entidad es el tercer estado con mayor cantidad de jornaleros migrantes internos, es decir, aquellos que se mantienen adentro del territorio nacional. El primer lugar en ese rubro es Oaxaca y el segundo es Guerrero.
La especialista, Antonieta Barrón explica que la pobreza es una de las razones centrales por las que ocurre la migración interna de jornaleros agrícolas. En ese sentido, menciona que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social calcula que en Chiapas, el 64 por ciento de la población vive en situación de pobreza, cuatro puntos menos que en el 2010 cuando registró el 68 de los habitantes viviendo en esos escenarios. «Se van, porque las condiciones de vida son aterradoras».
De igual forma, indica que en el estado, el 44 por ciento de los hombres se encuentra en condiciones críticas de ocupación, es decir, son aquellos que «trabajan más de 35 horas, pero reciben menos de un salario mínimo y las que trabajan más de 48 horas y reciben hasta dos salarios mínimos, se considera población ocupada que trabaja en condiciones críticas». Lo mismo ocurre con el 40 por ciento de las mujeres empeladas en la entidad.
Durante la presentación del informe, se resaltó la información expuesta por Pedro Roberto Gómez López, de Sonora, en torno a la situación de reclutamiento, traslado, abusos de autoridad, explotación y desapariciones.
Explica que hay zonas de reclutamiento en la Huasteca potosina, en la Huasteca hidalguense y de Veracruz, con fines de llevar trabajadores a estados como San Luis Potosí, donde hay trabajo en cultivos de exportación.
«Los trabajadores enfrentan condiciones de vida y de trabajo precarias, como la nula atención médica, el incumplimiento a pagos de salarios, alimentación deficiente y condiciones insalubres»
Otro peligro es la desaparición masiva de trabajadores agrícolas, de las cuales hay registrada una en el estado de Sinaloa y la otra en la zona limítrofe de San Luis Potosí y Tamaulipas.
Durante su exposición, Roberto Gómez López retomó el testimonio de un jornalero originario de Chiapas, quien salió del municipio de Ocosingo después de que los reclutadores le hubieran ofrecido que al contratarlo le darían prestaciones de ley, un lugar limpio y seguro para vivir, además del pago de salario y la comodidad de contar con guardería para el cuidado de sus hijos.
«Cuando llegamos al campo nos dijeron que la empresa no recibía niños, que no había quién los cuidara y por lo tanto teníamos que marcharnos del campo sin ningún pago para poder regresar», señala el testimonio.
Los programas de desarrollo social anunciados por el gobierno federal y estatal no dan buenos resultados. Por ejemplo, en la entidad, la pobreza aún existe en altos índices y aún es la razón principal por la que esa gente arriesga su integridad y la de su familia al salir en busca de mejores condiciones de vida, en lugares que, al final, terminan siendo igual o más aterradores que en su pueblo natal.

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