Las alcaldesas de «papel», victimas de una paridad simulada

La participación de las mujeres en la construcción de la agenda política se ha visto amenazada por los estereotipos, la simulación y la violencia de género; el empoderamiento de la mujer está en desventaja frente a los hombres, principalmente en los pueblos indígenas

Elizabeth Marina/Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]uego de convertirse en la primera mujer en ocupar la presidencia municipal, Rosa Pérez Pérez fue forzada a presentar su renuncia como alcaldesa de San Pedro Chenalhó, por medio de violencia política. Rosa es una mujer indígena que en mayo de 2016 fue víctima de actos vandálicos que ponían en riesgo su integridad física, la de su familia y colaboradores cercanos.
En agosto del mismo año, el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF) ordenó al gobierno y al Congreso de Chiapas restituir en el cargo a Rosa Pérez, con lo que se demostró que la intimidación no es la vía para solucionar los conflictos políticos, ni mucho menos que deba usarse para menoscabar los derechos de la mujer.
Este caso ha sido uno de los actos de violencia política por razón de género más visibles de México, pero no el único. La participación de las mujeres en cuestiones de igualdad aún enfrenta obstáculos que se ven mayormente remarcados en los pueblos indígenas.
De acuerdo con activistas, la evidente intolerancia a que la mujer ocupe cargos públicos es producto de un sistema patriarcal, que ha desencadenado la violencia de género que impide a la mujer disfrutar sus derechos a plenitud.
Araceli Burguete Cal y Mayor, activista defensora de los derechos de la mujer y actual coordinadora académica de posgrado en el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social del Sureste (CIESAS), advierte que la simulación de la paridad es el factor detonador de múltiples agresiones contra mujeres en el estado.
Asegura que para erradicar la violencia política de género es necesario que autoridades, partidos políticos y sociedad civil participen de forma activa, pues las acciones puestas en marcha por la búsqueda del fortalecimiento del liderazgo político no han dado los resultados esperados, ya que la indiscutible desventaja frente a los hombres es prueba de ello.
La simulación es la estrategia perfecta para evadir el temor a que las mujeres lleguen al poder, señaló Burguete Cal y Mayor, quien explicó que el cumplimiento de la paridad en Chiapas —que involucra la integración de las mujeres a las plantillas, ya sea como presidentas municipales, síndicas o regidoras— no sirve de nada cuando una vez pasada las elecciones, se les obliga a dejar sus cargos mediante amenazas.
«Tenemos presidentas de papel que no están ocupando sus cargos, aun cuando la
Constitución actual dice que las mujeres tienen participación activa y derecho a la no violencia, independientemente de si son o no pueblos indígenas, pero vemos que en Chiapas esto no es una realidad».

Discriminación y violencia

De acuerdo con integrantes de la Red Chiapas por la Paridad Efectiva (Repare), los sistemas normativos indígenas son un obstáculo para el ejercicio pleno de los derechos políticos entre las mujeres.
Los casos demuestran que la intimidación no es exclusiva de un partido político, sino que se trata de una violencia generalizada que está presente en todos los municipios; y según Burguete, la violencia de género «intersecta» relaciones de poder en las que también participan mujeres que hacen alianzas con el fin de obtener sus ambiciones políticas.
«Los pueblos son obesos en leyes que no se cumplen, los intereses personales están bloqueando los intereses de los pueblos indígenas.»
Para lograr una verdadera participación de las mujeres en la construcción de la agenda política es necesario visibilizar la violencia, los actos que no solamente lastiman a aquellas que pertenecen a un cargo o a un partido político, sino a todos como sociedad.
«Ser mujer no debe ser un obstáculo para desempeñar un cargo público, no podemos seguir siendo excluidas de las espacios que nos permiten tomar decisiones y ver por el bienestar de una comunidad; los actos de violencia ocurridos principalmente en los pueblos indígenas son conductas que nos separan de la democracia».

Compromisos por la igualdad

Este 25 de mayo, la Repare anunció que el presidente del Congreso del estado, Eduardo Ramírez Aguilar recibió el anteproyecto de Ley para la igualdad entre los géneros y sin violencia, incluyendo la política.
«Estamos haciendo aquí el compromiso con Repare para que la propuesta sea una ley, una realidad en Chiapas. La vamos a mandar a la Orden del Día, a Comisiones y de esta manera estaremos dando respuesta a las mujeres que se preocupan para que haya una vida libre de violencia y existan las condiciones de igualdad tanto en el ámbito privado como público», dijo Ramírez Aguilar.
El esfuerzo de las integrantes de la Red está en el anteproyecto que prioriza el tema de la violencia política por razones de género; sus integrantes consideran que la aprobación de esta legislación será un paso a favor de los derechos políticos, electorales y cívicos de las mujeres en el próximo proceso electoral 2017-2018.

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