La activista, abogada y defensora por los derechos de las mujeres afrodescendientes ve nulas acciones de parte de las instituciones por mejorar la vida de las mujeres y niñez afro en México
Nadia Sanders / La Lista
Las personas afrodescendientes, negras y de la diáspora en México han logrado la inclusión en el Censo de Población 2020 y el reconocimiento en la Constitución política del país. Si hablamos de género, el reto es mayor, pero han sido justamente las mujeres afromexicanas las que han impulsado mantener el tema en la agenda.
La-Lista conversó con Juliana Acevedo Ávila, mujer negra de la costa del estado de Oaxaca, presidenta de la colectiva OFPNA, integrante de la de la Red de mujeres afrolatinoamericanas, afrocaribeñas y de la diáspora capítulo México, para hablar de la importancia de la agenda de las mujeres afromexicanas.
Juliana Acevedo es pionera del movimiento por el reconocimiento de la negritud en México desde sus inicios. Desde la Costa Chica de Oaxaca, la activista, abogada y defensora por los derechos de las mujeres afrodescendientes comparte sus reflexiones sobre la agenda que viene y no duda en señalar que no ha habido políticas públicas que ayuden a mejorar la vida de las niñas y las mujeres negras en México.
¿Por qué es relevante la agenda de las mujeres afrodescendientes?
Nuestros derechos y necesidades han sido obviados, tanto al interior del movimiento por los hombres, como desde el feminismo hegemónico. Aunado a ello, la vida de las mujeres negras, en general, pero principalmente aquellas cuyo fenotipo es más acentuado, está marcado por diversas opresiones que tienen que ver con el género, con la pertenencia étnica y la clase. Por lo cual, la lucha por nuestros derechos va de la mano de la lucha contra el racismo y la discriminación racial, en virtud de que estos potencializan las violaciones de las que somos objeto. Desde ahí, nuestra lucha ya es diferente.
¿Cómo puede saber alguien si es afrodescendiente?
El desconocimiento de las raíces ancestrales, de las raíces negras o afrodescendientes tiene su origen en el planteamiento que se ha hecho de la historia nacional debido al proyecto de nación imperante. Por lo tanto, ante la negación de esa raíz, ante el olvido, ante la homogeneización de la mexicanidad existe desconocimiento de nuestras raíces ancestrales, por lo que hay mitos fundacionales que pretenden llenar esos vacíos y que dicen que los negros de la Costa Chica llegaron por el naufragio de un barco.
En la actualidad, para saber quién es negro y quién no, estamos haciendo uso de la autoadscripción, de acuerdo a nuestra historia, de acuerdo a nuestras costumbres, a nuestra cultura, a nuestra ancestría, a nuestra gastronomía, a algunas cosas que nos ligan a eso que está un poco desdibujado debido al blanqueamiento en el cual hemos estado inmersos por siglos.
Aun cuando alguien tiene el fenotipo muy acentuado y si es que no se asume como afrodescendiente, como afromexicano o como negro, pues no puede obligarse. Y se entiende, es efecto del racismo y de la discriminación racial vivida, por eso es esta autoadscripción. Aun cuando hay quienes utilizan ello para actuar de mala fe y aprovechar de esta puerta para obtener beneficios. Pero no hay otra más que la autoadscripción para decir si se es negro, afrodescendiente, afromexicano.
¿En qué asuntos nota mayor rezago en los programas y acciones de gobierno enfocados a las niñas y mujeres afrodescendientes?
Hasta ahora no hay mucho, por lo tanto, el rezago sigue en todos los rubros y por lo que respecta a mujeres y niñez, no hay casi nada o mejor dicho, no hay nada. Esa es la realidad. Las acciones son propiciadas por organizaciones que están haciendo conversatorios, que están haciendo foros, que nos hemos unido a la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas para empezar a accionar, para empezar a ver nuestros derechos de manera más puntuales, las demandas más sentidas, vertidas por el movimiento de mujeres, que prácticamente es reciente y que dentro de las instituciones no se ha hecho nada. Ha sido un actuar casi nulo en materia de derecho de mujeres. Y dentro de esas instituciones cuyo actuar ha sido muy poco o nada, tenemos al Inmujeres, que ni siquiera estamos dentro del consejo que tiene dicha institución. Puedo decir, a ciencia cierta, que no hay mucho y el rezago está muy presente en todos los rubros.
Hasta ahora no hay acciones afirmativas. No hay políticas públicas focalizadas. Creo que el caminar todavía es largo para llegar a ese punto, en el cual se empiecen a ver ya el resarcimiento y el cambio en la vida de las personas afrodescendientes.
¿Qué sigue después de la inclusión en el Censo? ¿Qué temas tienen en la agenda?
Es necesario hacer una evaluación de lo avanzado, que no es mucho, y trazar nuevas rutas para seguir el caminar hacia un Estado de derecho en el cual encontremos justicia y dignidad tanto en lo individual como en lo colectivo.
Avanzar hacia ese buen vivir que se está pregonando a nivel América Latina, creo que necesitamos hacer un pequeño FODA para seguir accionando con mayor certeza. Esa evaluación tiene que ver también con el decenio internacional afrodescendiente que, al menos en México, no ha sido grande el impacto ni en justicia ni en reconocimiento ni en desarrollo.
En lo personal, el tema que siento que no se ha tomado con la importancia que se debe, que es la tierra y el territorio, ligado a la libre determinación y autonomía. Creo que la tierra y el territorio es un tema relevante que necesitamos traer a la mesa de discusión dentro del movimiento afrodescendiente para poder hablar de manera integral respecto de nuestros derechos. Lo hemos estado dejando de lado y creo que es uno de los temas importantes que ya debemos darle el peso que tiene.