En este municipio indígena de Chiapas las mujeres siguen utilizando su vestimenta tradicional, pero cada año le hacen algunos cambios
Sandra de los Santos / Aquínoticias
“Las mujeres de Sitalá son diferentes en su vestimenta, les gusta la moda” coinciden Guadalupe Pérez, Pedro Pablo Pérez y Estela Núñez, los tres de la región Selva de Chiapas.
Sitalá es un municipio que se encuentra en la región Selva de Chiapas. Es una de las localidades con mayores condiciones de pobreza no solo en la entidad, sino todo el país. La mayoría de su población son tseltales. Las mujeres acostumbran a utilizar su vestimenta tradicional, que a diferencia de lo que pasa en otros municipios indígenas cada año tiene cambios.
Estela no utiliza, exactamente, la misma ropa que continúa usando su madre. La ropa tradicional de las mujeres de Sitalá consiste en una blusa que tiene en la parte de arriba un bordado que se conoce como “lujch” hecho con estambres de colores en forma de flores, ya sea cuadrados, triángulos, rombos y círculos. La tela que se utiliza para esa parte de la blusa se conoce como cuadrillé o punto de cruz porque tiene formas de cuadrados, la cual facilita el trabajo para hacer el bordado. En la orilla del lujch´ va un pequeño listón para amarrar o ajustar el cuello de la blusa
Debajo de ese bordado va un vuelo, alrededor del cuello. Este encaje lo compran en las tiendas de telas o mercerías. La tela de la blusa, regularmente es blanca. La faja está hecho en telar con estambres de colores y cumple la función de sostener la nagua (falda) que es de una tela color azul o negra y se hace en telar.
Pero, desde hace un par de años en cada temporada algunos elementos de esta vestimenta tradicional va cambiando. El cambio más evidente que se ha visto es que el bordado ha dejado de ser de estambre para ser de lentejuelas e inclusive la blusa también es brillosa y ahora hasta a la falda se le están agregando lentejuelas.
La inclusión de las lentejuelas ha hecho que la técnica de bordado cambie, pero siguen siendo las propias mujeres tseltales que continúan confeccionando y cociendo su ropa.
Guadalupe, Pedro y Estela son artesanos y comerciantes. Acostumbran a salir de Sitalá para participar en tianguis y exposiciones. Pedro es de Bachajón un municipio vecino, y dice sorprendido: “las mujeres de Sitalá si les gusta andar a la moda, en otros lugares no pasa, solo ellas cambian su ropa”.
Guadalupe y Estela son originarias de Sitalá y ellas traen su ropa tradicional, pero ya con lentejuelas. Dicen que tiene como un año que empezó a utilizarse, que son las mujeres más jóvenes las que la usan, y que hay personas más tradicionales que las critican por usar esta ropa, pero que en general son bien aceptados los cambios.
No es el único cambio que ha tenido la ropa, según recuerdan ellas mismas. Logramos comunicarnos por Pedro quien la hace de traductor porque ellas hablan poco español, y yo nada de tseltal. Hace unos años incorporaron unas flores tejidas, pero no tuvo mucho éxito. Algunos cambios son muy efímeros.
Para ellas el cambio en su ropa tradicional es una cuestión de gustos. Se sienten cómodas y les agrada. Es su forma de dialogar con sus usos y costumbres.
