En Ixtacomitán se organizaron 30 mujeres zoques para preservar la gastronomía de su pueblo
Sandra de los Santos / Aquínoticias
La erupción del volcán Chichonal sepultó su pueblo. Salieron con lo que tenían puesto, todo lo perdieron. Pero, hay algo que es difícil de borrar: la memoria histórica de la cocina. El paladar tiene recuerdos, el estómago conforme a los años se va acostumbrando a un tipo de alimentación y llega a pedirla, a exigirla. Las recetas de las comidas cotidianas del pueblo zoque, el volcán no las pudo enterrar en cenizas. Las mujeres se las llevaron cuando escaparon para sobrevivir.
El 28 de marzo de 1982 hizo erupción el volcán Chichonal ubicado en la colindancia de los municipios de Francisco León y Chapultenango en la región noreste del estado de Chiapas. La erupción dejó bajo cenizas a 14 pueblos zoques, se estima que alrededor de 2 mil personas perdieron la vida y más de 20 mil fueron desplazadas, uno de los desplazamientos más numerosos de Chiapas.
Habitantes de siete municipios de la región tuvieron que salir de sus casas, dejar su cosecha y todo su patrimonio para salvar su vida. Se fueron a donde pudieron. Hay desplazados zoques de Chiapas en diferentes estados como: Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Guadalajara. Están también en diferentes municipios de la entidad: Ocosingo, Villaflores, Ostuacán, Carranza, Chiapa de Corzo e Ixtacomitán. El volcán y el gobierno de Juan Sabines Gutiérrez los dispersó.
Juana María Delesma Domínguez es una de las desplazadas del volcán Chichonal. Tiene 48 años de edad y salió de su comunidad de origen a los 11 años. Su familia junto con otras se refugió en el municipio de Ixtacomitán y fundaron la población de San Antonio. El cambio no fue tan abrupto como para otras personas desplazadas porque Ixtacomitán también es una población zoque comparten la lengua y en la gastronomía también hay muchas coincidencias.
Pero, la generación de Juana María es la última que aprendió a cocinar como lo hacían las poblaciones más cercanas del volcán. «Nosotras aprendimos de nuestra mamás y así ellas aprendieron de sus mamás, pero ahora los jóvenes ya no tienen la costumbre de comer lo mismo, se han ido acostumbrando a otras cosas».
Hace un año, Juana María junto con 29 mujeres más, la mayoría de ellas desplazadas por el Volcán Chichonal, decidieron conformar una cooperativa dedicada a la venta de comida tradicional zoque. Su intención es dar a conocer esta cocina en el estado y el país, y también que las generaciones más jóvenes no pierdan el gusto por su gastronomía.
El menú de la gastronomía zoque de la región noreste de Chiapas sería un festín para una persona vegana porque el uso de la carne no es muy común. Los platillos se hacen con base a la yuca, quelite, yerbamora, frijol tierno, chipilín y hojas que se dan particularmente en esa región y que tienen nombres en zoque.
La yuca se hace en tamales, con frijoles, en atole, también se sirve con arroz. Es de los productos que más se consumen porque se da con facilidad. También se cocina el quelite con el caracol, el quelite con plátano. Se hacen tamales de arroz y frijol tierno.
En el año que llevan trabajando juntas este colectivo de mujeres ha realizado eventos en el propio municipio para ofrecer estos guisados y apenas este fin de semana participaron en el Festival del Tamal realizado en el Museo de la Ciudad de Tuxtla. Ofrecieron tamales de yuca y atoles. Todo se les acabó.
Lo que anhelan es tener una cocina comunitaria en donde todas puedan guisar. Tener trastes, estufas, fogones, un espacio digno de encuentro, en el que también puedan conversar, encontrarse entre mujeres, tomar talleres de otros temas. Han tocado puertas para lograr tener ese lugar, pero ni una se ha abierto.
Para estas mujeres el conservar su cocina, es lograr que el trabajo de sus ancestras permanezca. Es su lugar de resistencia, su refugio en muchos sentidos, es lo que no pudo sepultar el volcán, es lo que ellas siguen resguardando.