Decía Rigoberta Menchú que “no hay transformación posible sin la participación de quienes sueñan con un mundo mejor”, y esa convicción fue la que dio sentido al Primer Informe Legislativo que rendí el pasado 11 de octubre, a las 11 de la mañana, ante el pueblo del Distrito 12. No solo fue un encuentro de rendición de cuentas, sino un espacio para mirar de frente a la ciudadanía y confirmar que el camino de la transformación se construye con trabajo, sensibilidad y cercanía.
Ese día, el pueblo acudió al llamado con entusiasmo y confianza. Mujeres, hombres, jóvenes, niñas, niños y personas adultas mayores me demostraron que la política tiene sentido solo cuando se ejerce con el pueblo y para el pueblo.
Durante este primer año, he comprobado que representar significa escuchar, servir y caminar. No se legisla desde el aislamiento, sino desde la cercanía. Por eso, nuestro trabajo se ha sostenido sobre tres pilares fundamentales: la labor legislativa, la gestión social y la cercanía ciudadana. Cada acción legislativa, cada gestión lograda y cada visita a territorio han tenido un mismo propósito: mejorar la vida de las y los chiapanecos y fortalecer los derechos sociales que dan sustento a la Cuarta Transformación.
Las Casas de Enlace Legislativo se han consolidado como puentes de comunicación directa con la ciudadanía. En ellas hemos atendido gestiones, canalizado apoyos y acompañado a quienes buscan soluciones concretas. Son espacios donde el servicio público recupera su esencia: escuchar, resolver y cumplir la palabra.
El trabajo en el Congreso también ha sido de resultados. Participé activamente en la aprobación de reformas trascendentes impulsadas por el Grupo Parlamentario de Morena, bajo el liderazgo del diputado Ricardo Monreal Ávila, Coordinador del grupo y Presidente de la Junta de Coordinación Política, y con el acompañamiento del diputado Pedro Haces, Coordinador de Operación Política. Su conducción firme y su visión de unidad han hecho posible avanzar en una agenda que prioriza la justicia social, la igualdad y el bienestar del pueblo de México.
Sin embargo, el servicio público es una tarea permanente. Por eso, lo que sigue es consolidar lo alcanzado y abrir nuevos horizontes de desarrollo. Hemos definido tres ejes que guiarán el trabajo del segundo año legislativo: migración, caminos y apoyo al sector campesino, especialmente a los cafeticultores.
El primer eje es la migración, porque Chiapas es la puerta de México al mundo. Desde la frontera sur seguiremos impulsando políticas que garanticen un trato digno, seguro y humano a las personas en movilidad. Promoveremos leyes que protejan sus derechos, fortalezcan la cooperación internacional y amplíen las oportunidades laborales y educativas. La migración no debe verse como un problema, sino como una realidad que exige humanidad y visión.
El segundo eje es la gestión de caminos, porque donde hay caminos hay desarrollo. Gestionaremos más recursos y proyectos para mejorar la infraestructura carretera y los caminos rurales del Distrito 12, conectando comunidades y acercando oportunidades. Cada tramo rehabilitado o construido es una puerta abierta al progreso, a la salud y a la educación.
Y el tercer eje es el apoyo a nuestro campo, con especial atención a las y los productores de café, orgullo de nuestra tierra. Desde la Cámara de Diputados estamos impulsando leyes para consolidar la Ley de Cafeticultura Mexicana, cuyo objetivo es proteger al productor, garantizar precios justos, fortalecer la cadena de valor y reconocer la calidad del café chiapaneco. El aroma de nuestro café debe seguir oliendo a dignidad, a justicia social y a orgullo de origen.
Este camino lo recorremos de la mano del pueblo, bajo la conducción humanista de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien encabeza la transformación con visión, sensibilidad y compromiso; y con el liderazgo del Gobernador de Chiapas, Dr. Eduardo Ramírez, cuyo humanismo que transforma se siente en cada acción de gobierno.
El futuro se construye caminando, escuchando y legislando con el corazón el territorio, cercanos a la gente, firmes en los ideales y convencidos de que la esperanza no se decreta: se vive, se defiende y se construye todos los días.