Por Adolfo Ruiseñor
Justo en el mismo lugar, donde en septiembre del año pasado miembros del Cártel de Sinaloa realizaron un desfile en camionetas armados, antes de llegar a Frontera Comalapa en la comunidad de Chamic, Eduardo Ramírez paró el vehículo de su comitiva que lo transportaba, descendió súbitamente y se dispuso –sin más ni más– a saludar mano a mano a los centenares de personas que le aguradaban a su paso en la carretera.
Lo primero que les dijo, parafraseando nuestro Himno a Chiapas, fue: “Que reornen las horas serenas, que prometen feliz porvenir…”
Con esa frase Eduardo Ramírez Aguilar, El Jaguar como se le conoce a voz en cuello, reafirmó su compromiso de lograr en Chiapas un clima de paz social, tranquilidad ciudadana y seguridad para todas y todos.
El gesto es simbólico y refleja nítidamente, como un espejo fiel y de cuerpo entero, la actitud y compromiso con la paz y seguridad que el abanderado a la gubernatura del estado por más de una coalición de nueve partidos encabezada por Morena, ha señalado desde que inició su carrera por encabezar el anhelo de todos chiapanecos.
Poco después, ya ante miles de simpatizantes reunidos en el parque central de Frontera Comalapa, afirmaría que solamente “trabajando juntos por la conciliación y la tranquilidad del pueblo, se recuperará la actividad comercial que ha caracterizado” a este municipio.
El compromiso que dejó renovado ante esa comunidad, que ha sido sacudida por la violencia generada por el crimen organizado, fue muy claro: Su gobierno viene a fortalecer la seguridad ciudadana, y que no haya obstáculos que frenen las actividades agrícolas, comerciales y aprodutivas de esta rehión limítrofe con Guatemala.
Como se dice y asienta muy bien en el refrán popular, El Jaguar ha venido a “tomar al toro por los cuernos”.
Por eso les expresó: “Esta frontera es muy productiva, tiene que recuperar el vínculo pacífico con Centroamérica, que florezca nuestra cabecera, que florezca por siempre la actividad comercial”.
Palabras que cobran valor por el cómo las dijo, dónde las dijo y ante quiénes las dijo.
Mientras más leguas de camino recorre el abanderado morenista, más va dejando la sensación entre los electores de que es necesario que triunfe, que lo haga avasalladoramente y que ponga tasa sordina al desvarío que ha generado la escalada de violencia, que no solamente asola a Chiapas sino a muchas otras entidades del país, donde cada inicio de semana ya no se cuentan los días por venir, sino los muertos…
De ahí la ugencia de que “retornen las horas serenas, que prometen feliz porvenir”. (fin de texto).
