Los retos poblacionales / Claudia Corichi

Que en nuestro país la fecundidad está en permanente descenso no sorprende, por el contrario, la tasa de fecundidad de niñas menores de 15 años se está agudizando y ya resulta un problema. Según el Consejo Nacional de Población (Conapo) cada día se presentan 22 nacimientos diarios de madres de esa edad.

La tasa global de fecundidad es de 1.7 hijos por mujer, una caída consistente en el último medio siglo; mientras que la esperanza de vida de la población mexicana pasó de los 60 a los 75 años con las mujeres superando los 79. Tener en cuenta este contexto es fundamental para gestionar políticas públicas dirigidas a cerrar las brechas de género y de desigualdad.

En el marco del Día Mundial de la Población, se presentaron los avances del Programa Nacional en la materia que busca fomentar la igualdad de género y resalta la necesidad de integrar a más mujeres al mercado laboral y fortalecer los servicios de cuidados para facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar.

El organismo refiere que las mujeres indígenas y las que habitan en zonas rurales presentan las tasas de fecundidad más altas; muchos casos se relacionan con violencia sexual, matrimonios infantiles y uniones con hombres de mayor edad. En 34% de los nacimientos de madres menores, no se declara la edad del progenitor.

México no vive aún el invierno demográfico como se le conoce al desplome en la tasa de natalidad en naciones europeas o asiáticas (en Corea del Sur el movimiento feminista 4B propone no tener matrimonios ni hijos), pero tiene otros retos como el envejecimiento de su población que genera presiones presupuestales: de enero a mayo de este año el desembolso en pensiones absorbió el 24% del gasto programable de acuerdo con la Secretaría de Hacienda.

El informe La verdadera crisis de fecundidad del Fondo de Población de Naciones Unidas expone que los problemas no subyacen en el mayor porcentaje de personas en edad avanzada ni una proporción más pequeña de gente joven, la verdadera crisis está en el porcentaje de mujeres y hombres que no puede cumplir sus aspiraciones en materia de fecundidad en todas las regiones del planeta.

Añade que la violencia de género, tanto dentro como fuera del hogar, condiciona considerablemente las decisiones de las mujeres en materia de fecundidad; aquellas que sufren esos abusos tienen menos autonomía y libertad reproductiva. La coerción suele ser una de las formas en las que las parejas ejercen poder y control sobre las mujeres y las niñas, utilizando tácticas violentas para controlar su autonomía reproductiva y sus decisiones relacionadas con la fecundidad.

Conapo comparte el diagnóstico. Reconoce la urgencia de reducir la incertidumbre relacionada con la economía, el mercado laboral y la vivienda para que la juventud cuente con más apoyo y cumpla sus aspiraciones en materia de fecundidad. En nuestro país viven más de 40 millones de jóvenes entre 12 y 29 años, el 30% de la población total (133 millones de habitantes). 

En octubre el Inegi levantará la Encuesta Intercensal 2025 para actualizar los datos sociodemográficos del país. No obstante, la información disponible arroja luz sobre la magnitud de los retos y los múltiples frentes abiertos que tiene el país en las próximas décadas para asignar el presupuesto a los distintos estratos poblacionales y planificar políticas públicas por sector con perspectiva de género.

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