Floreada en la ermita del Cerrito, Lucero Aguilar se convierte en priosta zoque, reafirmando su papel como defensora de la memoria y los rituales
Noé Juan Farrera Garzón / Aquínoticias
Entre lágrimas de emoción y ramilletes de Joyo soctoc («flor amarrada» en zoque), Lucero Aguilar Paredes, conocida como «La Maestra Lucero», recibió este domingo el honor más grande que su comunidad puede otorgar: ser floreada como priosta de las festividades de la Santa Cruz en la ermita del Señor del Cerrito.
La floriada —rito ancestral zoque— consistió en la entrega de cinco ramilletes ceremoniales, elaborados con varitas de madera, follaje y flores, que simbolizan:
- La aceptación de un cargo sagrado.
- El compromiso con la preservación cultural.
- La conexión con las raíces del pueblo Zoke.
«Es una responsabilidad con nuestra historia», declaró Aguilar Paredes, quien desde hoy organizará las festividades del 3 de mayo, fecha que para ella mezcla alegría colectiva y memoria personal.
Este nombramiento corona una vida dedicada al rescate cultural:
- Investigadora gastronómica: Enseña platillos como el tamal de hoja de milpa en el ITAC.
- Creadora de «La Linda»: Personaje que acerca las tradiciones zoques a niños.
- Sobreviviente y luchadora: Tras superar problemas de salud, encontró en la cultura su misión de vida.
«No podemos amar lo que no conocemos», repite often, explicando por qué usa su cocina como puente entre generaciones.
Como nueva priosta, Lucero enfrenta retos:
- Transmitir los significados profundos de rituales como la floriada.
- Innovar sin perder esencia (sus talleres con jóvenes son clave).
- Documentar recetas y tradiciones en riesgo.
«Difundir para preservar», insiste. Y hoy, con sus manos llenas de flores ceremoniales, esa misión toma nuevo vuelo.
Con información de Primer Plano Magazine