Lucha zoque es reconocida y galardonada

Es un movimiento que construye su autonomía como pueblo originario y defiende a la Madre Tierra para garantizar el buen vivir de su cultura y raíces; en los últimos años ha emprendido una campaña no violenta para detener la fracturación hidráulica, la explotación petrolera y la minería en el sur de México

Portavoz Staff

[dropcap]L[/dropcap]as tierras del norte de la entidad están pobladas por la etnia zoque, caracterizada por sus raíces lingüísticas en la cultura Mixe-Zoque-Popoluca, la cual se extendió sobre gran parte del sureste de México mucho antes de la colonización española del siglo XVI.
El pueblo zoque de Chiapas se ha destacado por sus constantes manifestaciones para proteger la vida de sus habitantes y de sus tierras.
En nuestro presente, el Movimiento Indígena del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y la Tierra (Zodevite), es un ejemplo de trabajo en equipo, persistencia, resistencia y dedicación para todos los pueblos indígenas del país e incluso de América Latina al ser anunciado por la Pax Christi Internacional como el ganador del Premio Internacional de la Paz 2017.
Para recibir el premio, el grupo tendrá que viajar a Roma, Italia, para estar presente en la ceremonia del Instituto María SS.
Zodevite es parte de un movimiento más amplio, Movedite, compuesto por grupos indígenas, quienes en conjunto construyen su autonomía como pueblos originarios y defienden a la Madre Tierra, para garantizar el buen vivir de su cultura y raíces; es por ello que rechazan todo lo que perjudique a la vida de su gente como los megaproyectos que buscan explotar su territorio.
De acuerdo con el boletín publicado por Pax Christi Internacional, en los últimos años Zodevite ha emprendido una campaña no violenta para detener la fracturación hidráulica, la explotación petrolera y la minería en el sur de México.
«Es muy importante que ampliemos nuestra comprensión sobre las múltiples aplicaciones y expresiones de la no violencia», afirma la secretaria general de movimiento internacional, Greet Vanaerschot. Y agrega «los esfuerzos de Zodevite para resistir la explotación de la tierra y promover la dignidad del pueblo de Chiapas sirven como un excelente modelo de no violencia activa».
En este último año, señala el boletín, Pax Christi Internacional ha aumentado su compromiso con la no violencia en todas sus formas en relación con toda la creación, incluida la propia Tierra, y ha creado la Iniciativa Católica sobre No Violencia para promover y educar sobre este tema dentro y fuera de la iglesia.
En tanto, los miembros de Zodevite siguen los principios identificados en Laudato Si» sobre el cuidado de la Madre Tierra y están inspirados en el ejemplo de Monseñor Samuel Ruiz, quien en la década de 1990 intervino en un acuerdo entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno mexicano.
Zodevite, con el acompañamiento de las otras organizaciones miembro del Pax Christi Internacional tales como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) y del Servicio Internacional para la Paz -organización internacional creada a mediados de los años 90s para vigilar los derechos humanos en la zona –, han emprendido acciones de resistencia sin violencia para detener proyectos mineros y de hidrocarburos en el municipio de Tecpatán.
Establecido en 1988, el Premio Internacional de Paz de Pax Christi es financiado por el Fondo de Paz «Cardenal Bernardus Alfrink» y honra a personas y organizaciones de nuestro tiempo que asumen un compromiso por la paz, la justicia y la no violencia en distintas partes del mundo.

Sus batallas

Desde su creación, Zodevite ha participado en diferentes protestas para salvaguardar la vida y la tierra. Portavoz ha sido testigo de ello, por lo que es importante recordar algunas de sus honorables batallas, como la defensa del territorio que inició a partir de la aprobación de la Reforma Energética en el 2013.
En la edición número 121 se habló sobre la denuncia que manifestó el pueblo Zoque contra el daño que ocasionarían las 99 concesiones mineras del estado hacia los bienes naturales. Esta lucha puso en riesgo la vida de los activistas ambientales por dar a conocer su preocupación y total rechazo a los megaproyectos hidroeléctricos; fueron víctimas de órdenes de aprehensión, detenciones y hostigamientos.
Pero, también hubo quien ayudó a su causa; recibieron el apoyo de ciudadanos, Organizaciones No Gubernamentales (ONG»s) activistas; así como las organizaciones, comités y movimientos de Chiapas que conforman el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos y la Red Mexicana de Afectados por la Minería se solidarizan con ellos para exigir la cancelación definitiva de los proyectos que amenazan las zonas naturales y territorios zoques.
Desde el mes de octubre de 2016, habitantes zoques denunciaron reuniones que a puerta cerrada la Secretaría de Energía había llevado a cabo en las presidencias municipales con la intención de convencer a los agentes rurales y comisariados ejidales para que aceptaran los proyectos de hidrocarburos en la zona y firmaran el protocolo de consulta.
Por lo que de continuar con los proyectos Ronda 1 y 2 que el gobierno mexicano puso en marcha a raíz de la aprobación de la reforma energética en 2013, se corría el riesgo de inundación de tierras productivas y habitadas, el desplazamiento forzado de las comunidades indígenas e incremento de la deforestación; además los proyectos disminuyen la calidad de los alimentos, destruyen los ecosistemas y la biodiversidad del territorio.
En abril de este año, ante la omisión a las denuncias y protestas que se desataron con la concesión de pozos de extracción de hidrocarburos en el sureste del país, integrantes del Centro de Lengua y Cultura Zoque A.C y el Frayba, dieron a conocer la existencia de 22 actas de asambleas de comunidades que representan la oposición a dichos proyectos que el gobierno federal quería realizar en el territorio.
En conferencia de prensa informaron que en el municipio de Chapultenango se levantaron cerca de 2 mil firmas en 22 actas de asamblea para demostrar su total rechazo a la licitación más de 160 mil hectáreas pertenecientes a territorios campesinos del estado.
La defensa del territorio que inició a partir de la aprobación de la Reforma Energética en el 2013 y que fue el parteaguas para que el gobierno federal legalizara el tema de los hidrocarburos en el país, tomó mayor fuerza a pesar del hostigamiento y persecución que algunos miembros han tenido por su lucha.
«El miedo está presente, sin embargo, es más fuerte el cargo de conciencia al saber que hay más de un millón de hectáreas dispuestas para empresas privadas –la mayoría de estas, canadienses– y el saber que, de no impedir que las concesiones se lleven a cabo, estaríamos otorgando autorización para dañar el medio ambiente y la salud de quienes habitan en estas zonas», señalaron integrantes del Centro de Lengua y Cultura Zoque A.C.
En mayo pasado, en la edición número 157 de Portavoz, se publicó sobre la oposición de los miembros de las comunidades indígenas zoques y organizaciones civiles, defensoras de los derechos humanos y del territorio de dicha población, se oponían a la extracción de hidrocarburos en la zona norte de Chiapas.
El Movimiento de Pueblos Originarios en Resistencia dio a conocer que los proyectos de extracción de hidrocarburos se habían instalado en 84 mil 500 hectáreas del territorio indígena y que 164 mil hectáreas están en riesgo.
Los ciudadanos de los municipios que se pronunciaron en resistencia fueron Reforma, Juárez, Pichucalco, Ixtapangajoya, Solosuchiapa, Tepatán, Francisco León y Ostuacán.
El pasado 10 de mayo, se firmaron los contratos de la tercera licitación de la Ronda 1, por lo que Petróleos Mexicanos (Pemex) dejo de ser el único proveedor de hidrocarburos en el estado; el petróleo comenzó a ser extraído por empresas privadas, informó en su sitio web la Oil & Gas Network.
Las empresas que firmaron contrato en la entidad fueron Diavaz Offshore, que tomó a partir del 13 de mayo el control del bloque «Catedral» con domicilio en Ostuacán, la canadiense Renaissance Oil Corporation aprovechará «Malva», «Mundo Nuevo» y «Topén» situadas en Pichucalco, Reforma y Juárez, y por último Grupo R Exploración y Producción ocupó el yacimiento «Secadero» localizado entre Juárez y Pichucalco.

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