Luis García Villagrán: del arresto al primer respiro de libertad

Este 11 de agosto, un juez liberó al activista chiapaneco, al no hallar fundamentos para su detención; enfrentará en libertad un proceso por presunta criminalización de su labor en defensa de migrantes

AquíNoticias Staff

En Tapachula, el nombre de Luis García Villagrán no es ajeno. Desde hace años, su figura se ha vuelto sinónimo de caravanas migrantes, denuncias contra la corrupción en el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), y un activismo incómodo para el poder.

A inicios de agosto, su voz se volvió aún más incómoda. En pocos días organizó protestas, acompañó recursos de amparo y clausuró simbólicamente las oficinas de la COMAR, acusando a funcionarios de frenar trámites y exigir pagos ilegales a migrantes. Al día siguiente, fue detenido en un operativo federal, acusado de delincuencia organizada y tráfico de personas. La narrativa oficial lo despojó del título de activista y lo colocó en el terreno de los criminales.

La detención provocó un eco inmediato: caravanas exigiendo su libertad, pronunciamientos de organizaciones nacionales e internacionales, y una campaña que lo presentó como víctima de una persecución política para frenar el “Éxodo de la Justicia”, una caravana que él mismo había impulsado.

Este 11 de agosto, la historia dio un giro. De acuerdo con Irineo Mujica, líder de Pueblos Sin Fronteras, un juez determinó que no existían fundamentos para mantenerlo en prisión. La investigación seguirá su curso, pero Villagrán la enfrentará en libertad. En palabras de sus aliados, es “un pequeño triunfo frente a la corrupción e impunidad” que, acusan, siguen dominando al INM y a la COMAR.

El mensaje de quienes lo respaldan es claro: todo el poder del Estado se usó para detener una caravana, acallar a un defensor de migrantes y minar su imagen pública. Y aunque hoy Villagrán respira aire libre, la batalla apenas comienza.
“El gobierno que se dice transformador demuestra cada día ser más corrupto y autoritario”, señalan sus compañeros, advirtiendo que la persecución contra defensores de derechos humanos es síntoma de un sistema que no ha cambiado, y donde “los dinosaurios de siempre siguen en el INM y en la COMAR”.

Luis García Villagrán sale de la cárcel con la misma consigna con la que entró: que migrar no es un crimen, y que la defensa de quienes no tienen voz no se negocia. La diferencia es que ahora lo hará con la etiqueta de sobreviviente de un intento fallido de criminalización.

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