Tras un congreso a puerta cerrada, el partido Morena renovó su dirigencia. El gobernador electo Eduardo Ramírez y la presidenta electa Claudia Sheinbaum coincidieron en la importancia de seguir siendo un instituto político de justicia y movilización social
Aquínoticias Staff
Este domingo, el VII Congreso Nacional Extraordinario de Morena, celebrado a puerta cerrada en el World Trade Center, marcó un momento clave para el futuro del partido. Cerca de 3 mil militantes se reunieron para presenciar cómo 300 consejeros renovaban los principales cargos de la dirigencia. La unanimidad reinó en la elección de la nueva presidenta del partido, Luisa María Alcalde, quien fue la única contendiente y recibió el 100% de los votos, consolidando su liderazgo en el movimiento.
“La verdad sería un compromiso firme de que en estos tres años vamos a consolidar este movimiento, eso es lo que les ofrezco y les ofrezco no fallarles,” declaró Alcalde minutos antes de ser electa. A su lado, Andrés Manuel López Beltrán, hijo mayor del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, fue elegido como secretario de Organización del partido. Aunque López Beltrán lamentó que su entrada formal en la dirigencia ocurra justo cuando su padre dejará la presidencia, reafirmó el compromiso de seguir trabajando bajo su legado: “todos sabemos que él seguirá presente en el partido con su ejemplo, con su trabajo”.
Contexto político: una nueva etapa para Morena
El nombramiento de Luisa María Alcalde como presidenta de Morena representa un giro estratégico en la consolidación del partido. Como ministra del Trabajo durante el gobierno de AMLO, Alcalde es vista como una figura clave para continuar con las políticas de la llamada «Cuarta Transformación». Su discurso, centrado en la unidad y la honestidad, resonó con las directrices que Claudia Sheinbaum Pardo, próxima presidenta de México, ha delineado para el partido.
Sheinbaum ha insistido en la importancia de que Morena no se convierta en un «partido de Estado». En su mensaje a los militantes, la futura mandataria destacó: “Morena debe ser una luz de honestidad y un ejemplo para toda la sociedad». El fortalecimiento del Instituto de Formación Política, la lucha contra el amiguismo, el nepotismo y la corrupción fueron algunos de los pilares que mencionó en su discurso, reiterando la necesidad de mantener vivo el espíritu de movilización social que llevó a Morena al poder.
Compromiso social: «Primero los Pobres»
El gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, fue uno de los líderes regionales presentes en el evento, quien coincidió con Sheinbaum en que la lucha por la justicia social y el bienestar de los sectores más vulnerables debe ser la prioridad para los gobernadores emanados de Morena. “Coincido con la doctora Claudia Sheinbaum en que las y los gobernadores emanados de Morena debemos trabajar con honestidad y cercanía al pueblo; garantizar la austeridad republicana y seguir el principio: ‘Por el bien de todos, primero los pobres’”, afirmó Ramírez.
Este mensaje resuena con el enfoque que ha caracterizado el gobierno de López Obrador, quien ha hecho de la austeridad y el combate a la pobreza los ejes centrales de su administración. El reto, sin embargo, será continuar estas políticas bajo una nueva dirigencia, en un contexto político en constante evolución.
Desafíos económicos y sociales
Con un nuevo equipo en el liderazgo, Morena enfrenta varios desafíos en el horizonte, tanto a nivel interno como externo. La futura presidenta de México enfatizó la importancia de que el partido no caiga en el burocratismo ni se desvincule de sus raíces populares. El control de las finanzas del partido quedó en manos de Iván Herrera, actual jefe de la Oficina de la Secretaría de Gobernación, mientras que la Secretaría de Comunicación será liderada por Camila Martínez, ambos encargados de garantizar la estabilidad organizacional en los próximos años.
Por su parte, la Secretaría de Organización, liderada por Andrés Manuel López Beltrán, enfrentará la tarea de movilizar a las bases y mantener una estructura partidaria sólida que permita continuar con la agenda de la Cuarta Transformación. En este sentido, las próximas elecciones intermedias y el crecimiento económico serán puntos cruciales que pondrán a prueba la unidad del partido.
Un futuro basado en la unidad
La renovación de Morena no solo supone un cambio de nombres, sino también una reafirmación de principios. Tanto Claudia Sheinbaum como Luisa María Alcalde han subrayado que la unidad y la honestidad serán las claves para fortalecer el movimiento. Sheinbaum advirtió contra el pragmatismo sin principios, enfatizando que la movilización social y la lucha contra la corrupción son esenciales para mantener la credibilidad del partido.
A nivel nacional, los militantes y dirigentes de Morena tienen la misión de demostrar que el legado de López Obrador sigue vigente en la conducción del país, mientras trabajan en la consolidación de un proyecto de largo plazo que se extienda más allá de su gobierno. Como señaló Sheinbaum: “La revolución de las conciencias debe seguir siendo nuestra fortaleza”.
Este Congreso marca el inicio de una nueva etapa para Morena, con un liderazgo renovado y una agenda clara, pero también con grandes retos por delante, en un contexto político y económico que exigirá capacidad de adaptación y fidelidad a los principios fundacionales del movimiento.