Militantes críticos argumentan que el proceso electoral fue ilegal, dado que se realizaron reformas estatutarias, una acción que ellos sostienen está prohibida
Aquínoticias Staff
En un giro inesperado en la política mexicana, Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano fueron confirmados en sus cargos como presidente y secretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras una reelección interna que recibió una abrumadora mayoría de 440 votos (97.35%). Sin embargo, la validez de este proceso está ahora bajo cuestionamiento.
Militantes críticos del PRI argumentan que el proceso electoral fue ilegal, dado que se realizaron reformas estatutarias en pleno proceso electoral, una acción que ellos sostienen está prohibida. Las impugnaciones ya están en camino y serán procesadas por el Tribunal Electoral.
Alejandro Moreno, conocido como ‘Alito’, defendió el proceso como un ejercicio democrático y transparente, señalando que el resultado refleja una competencia justa. A pesar de su optimismo, el PRI enfrenta un desafío significativo: reestructurar su imagen y recuperar el apoyo popular tras una serie de derrotas electorales y críticas internas.
Moreno subrayó su compromiso de no apoyar reformas que busquen limitar al Poder Judicial, criticando la propuesta del presidente López Obrador como un intento de erosionar el sistema de pesos y contrapesos.
El panorama en México guarda ciertas similitudes con la situación en Venezuela, donde las elecciones han sido objeto de intensas controversias. En Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro ha sido acusado de manipular los procesos electorales para consolidar su poder, con observadores internacionales y opositores denunciando irregularidades que afectan la transparencia y legitimidad de las elecciones.
Las reformas y manipulaciones alegadas en Venezuela han llevado a una crisis política y humanitaria en el país, con una creciente falta de confianza en las instituciones electorales.
En ambos contextos, la crítica central gira en torno a la transparencia y legitimidad de los procesos internos y electorales. Mientras que en México, el PRI se enfrenta a cuestionamientos sobre la legalidad de sus reformas y la equidad de su proceso interno, en Venezuela el foco está en la falta de credibilidad de un régimen que ha acumulado acusaciones de corrupción y fraude.