Como parte de un programa nacional, personal de salud, se encuentra trabajando, en una primera etapa, en siete comunidades endémicas, es decir, donde se localiza el vector (la chinche ‘besucona”), en el municipio de Copainalá
Aquínoticias Staff
La Enfermedad de Chagas sigue siendo una realidad en Chiapas, sin embargo, aunque no se ha logrado erradicar, la Secretaría de Salud Estatal informó que como parte de las acciones de la Estrategia Nacional para la Interrupción de la Transmisión Vectorial Intradomicilaria de esta enfermedad, personal de Salud se encuentra en Copainalá, trabajando con siete localidades endemicas.
En esta primera fase, en las comunidades Campeche, Rivera Benito Juárez, Rivera Tierra Blanca, Rivera La Esperanza, Agustín de Iturbide, San Pedro y San Isidro, se están realizando acciones de promoción y educación para la salud, así como vigilancia epidemiologica, levantamiento de indicadores entomologicos (búsqueda del vector) y control vectorial (rociado con insecticida residual), informaron.
El titular de la Secretaría de Salud en Chiapas, doctor José Manuel Cruz Castellanos, explicó que la estrategia está diseñada para intervenir a nivel intradomiciliario, principalmente, toda vez que el vector (chinche) habita en agujeros o grietas de las paredes, en montículos de piedras, sitios de almacenamiento de madera y áreas donde conviven y duermen animales domésticos.
Se debe tener claro que la enfermedad de chagas es causada por el parásito “Tripanosoma cruzy”; es transmitida por un vector, en este caso una chinche hematófaga (que se alimenta de sangre), conocida comúnmente como chinche besucona, vinchuca, talaje, entre otros.
Señaló que para la segunda etapa se contempla el abordaje en localidades prioritarias de los municipios de Mazatán, Tzimol, Comitán, La Trinitaria, Villaflores, Villa Corzo, La Concordia, Reforma, Tapilula, Amatenango de la Frontera y Bella Vista.
Es destacable mencionar que el Plan Estatal de Desarrollo 2019-2024 establece dentro de las políticas públicas en salud, mejorar la calidad de vida de la población, y «para ello se trabaja en la atención de las enfermedades conocidas como desatendidas (paludismo, lepra, tracoma y chagas), para reducir el impacto negativo en el bienestar de las personas, como lo recomienda la Organización Panamericana de la Salud (OPS)».
