Manglares: emergencia ecológica silenciosa

Chiapas ha perdido más del 60% de sus manglares en los últimos 30 años debido a la acción humana. Este ecocidio afecta la producción pesquera y deja vulnerables a inundaciones las regiones protegidas por estas plantas

Aquínoticias Staff

En las últimas tres décadas, Chiapas ha perdido más del 60% de sus zonas de manglares, según datos proporcionados por el Centro de Investigaciones con Visión para Mesoamérica de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). Los incendios forestales, la contaminación y los asentamientos irregulares en Áreas Naturales Protegidas (ANP) han sido los principales responsables de esta pérdida alarmante. De las aproximadamente 30,000 hectáreas de manglares que existen actualmente, esta cifra representa solo el 40% de lo que había hace 30 años. Esta disminución drástica pone en riesgo no solo la biodiversidad, sino también la seguridad de las comunidades costeras de Chiapas.

Vicente Castro Castro, investigador de la UNACH, explicó que la deforestación afecta gravemente a toda la zona costera, incluidas las áreas protegidas de la Reserva de la Encrucijada, Cabildo Amatal y Gancho Murillo, que abarca desde Pijijiapan hasta Suchiate. Según el experto, los manglares han sido sobreexplotados por las poblaciones locales durante años, ya que son utilizados para leña, construcción y otras actividades humanas. La falta de vigilancia y el uso ilegal de este recurso natural han convertido esta situación en una emergencia ecológica. «Más del 60% de estos ecosistemas se ha perdido debido a la deforestación excesiva», señala Castro, destacando que proyectos como el fallido Canal Intercostero contribuyeron significativamente a la destrucción de manglares.

A pesar de la devastación, estos ecosistemas siguen siendo fundamentales para la protección de las comunidades costeras frente a desastres naturales. El biólogo José Alfredo González, integrante del Comité de Conservación Ambiental en Mazatán, subraya la importancia de los manglares como barreras naturales frente a fenómenos hidrometeorológicos como los huracanes y el mar de fondo. Además de proteger la infraestructura y la vida de las personas, los manglares son esenciales para la pesca y el mantenimiento de la biodiversidad. «Los manglares no solo nos protegen de ciclones y otros desastres, sino que son cruciales para la producción pesquera y como hábitat para innumerables especies», recalca González.

Sin embargo, la tala ilegal y la contaminación continúan afectando gravemente estos ecosistemas. La falta de acción por parte de las autoridades es uno de los factores que perpetúan esta crisis. Vicente Castro denuncia que, aunque hace algunos años se emitió una declaratoria de emergencia ecológica para proteger estas áreas, no se han tomado medidas efectivas. Las denuncias presentadas ante la Fiscalía Ambiental y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) han sido archivadas, lo que ha permitido a los infractores continuar con la explotación ilegal de los manglares sin ninguna sanción.

La situación es aún más alarmante si consideramos que Chiapas alberga algunas de las especies de manglares más altas de México y Latinoamérica. Gerardo Pérez, responsable de turismo en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), resalta que algunos manglares en la costa chiapaneca alcanzan los 40 metros de altura. Además, el estado cuenta con las cuatro especies de mangle reconocidas en México: el mangle rojo, negro, blanco y el botoncillo, todas ellas en peligro de extinción. Estos ecosistemas no solo son importantes por su altura y biodiversidad, sino también por los servicios ambientales que ofrecen, como la regulación de perturbaciones naturales y la captura de carbono.

Los manglares, además, juegan un papel crucial en la mitigación del cambio climático y la protección de la biodiversidad. Los bosques costeros son el hogar de una gran variedad de especies de peces, moluscos y otras formas de vida, muchas de ellas de importancia comercial. Sin embargo, la falta de protección y la sobreexplotación amenazan con destruir estas áreas vitales.

La falta de acción ante la destrucción de los manglares tiene consecuencias no solo ecológicas, sino también sociales y económicas. La comunidad científica, liderada por investigadores como Vicente Castro, ha exigido en repetidas ocasiones que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Profepa intervengan de manera más decidida. Sin embargo, hasta el momento, estas exigencias han sido ignoradas. «Es preocupante que las autoridades no tomen en serio el impacto ambiental, social y de salud que esto genera», advierte Castro.

El futuro de los manglares de Chiapas, y de las comunidades que dependen de ellos, sigue siendo incierto. A pesar de los esfuerzos de activistas y científicos para preservar estos ecosistemas, la falta de medidas contundentes pone en riesgo su supervivencia.

Este artículo ha sido elaborado con base en una entrevista realizada por Diario del Sur, que refleja la gravedad de la situación en las áreas costeras del estado.

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