México, ¿será una cárcel para migrantes?

(Foto: Reuters)
La victoria de Donald Trump plantea desafíos críticos para México, que podría enfrentar una presión migratoria sin precedentes en su frontera sur, según advierte el activista Irineo Mujica, de Pueblos Sin Fronteras

Aquínoticias Staff

La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y el control total de su partido sobre el Congreso y el Senado ha encendido alarmas en México y en toda la región latinoamericana. Para Irineo Mujica, director de la organización Pueblos Sin Fronteras, el regreso de Trump al poder significa una nueva era de políticas migratorias restrictivas que impactarán severamente a México, especialmente en los estados fronterizos del sur como Chiapas, Oaxaca y Tabasco. «Con el poder que ahora tiene Trump, México se convertirá en una enorme cárcel para miles de migrantes», afirmó Mujica en un reciente análisis sobre el panorama migratorio que se avecina.

Mujica anticipa que la administración de Trump endurecerá aún más sus políticas de control migratorio, reactivando prácticas como el programa “Quédate en México” y cerrando prácticamente la frontera estadounidense. Esta medida, que en su anterior mandato obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano, incrementó la cantidad de migrantes en la frontera sur de México y tensionó los recursos de las comunidades receptoras. «Será un infierno en las fronteras, un caos que afectará tanto a migrantes de América Latina como a mexicanos que buscan una oportunidad en el norte», advirtió Mujica.

Datos de la Secretaría de Gobernación muestran que, durante el último periodo de Trump en la presidencia, México experimentó un incremento de más del 50% en las deportaciones, y el Instituto Nacional de Migración (INM) recibió a cientos de miles de migrantes en albergues temporales. Con una infraestructura migratoria limitada y recursos escasos, Mujica señala que México no está preparado para enfrentar esta posible oleada de deportados. “No hay un plan migratorio sólido; el gobierno simplemente reacciona”, comentó el activista, criticando la falta de previsión del gobierno actual encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.

Para muchos migrantes provenientes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, quedarse en México podría parecer preferible a regresar a sus países de origen, debido a la violencia y la represión que enfrentan en sus lugares de origen. Sin embargo, Mujica advierte que sin una estrategia efectiva, México podría convertirse en un embudo migratorio donde miles de personas quedan atrapadas sin acceso a servicios básicos ni opciones de integración económica. «A pesar de la violencia aquí, muchos migrantes creen que al menos en México tienen una oportunidad mínima para una vida mejor», apuntó Mujica.

La situación también plantea un desafío diplomático, ya que Trump, con su poder consolidado, podría presionar a México para asumir un papel más activo en la contención de migrantes, situación que México ha enfrentado en el pasado. «Trump tratará de manipular a México para que haga el trabajo sucio en la frontera», dijo Mujica, recordando los episodios en los que el país norteamericano condicionó su relación comercial con México a cambio de cooperación en el control migratorio.

Ante este escenario, expertos en derechos humanos y organizaciones civiles llaman a la administración de Sheinbaum a preparar una política migratoria integral que responda a esta presión creciente y garantice los derechos básicos de los migrantes en el país. Sin embargo, Mujica teme que el gobierno simplemente use la situación como «moneda de cambio» en sus negociaciones con Trump. “Nos esperan tiempos difíciles, una era de oscuridad para toda la comunidad migrante en tránsito y en destino”, concluyó Mujica.

Con información de Diario del Sur

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