Mientras respire / Alberto Arriaga Lpez

La vida es una caja llena de misterios,

no existe erudito que haya podido describirla.

 Desconocer la hora de nuestro último aliento,

ha sido siempre el más grande enigma.

La muerte es un hecho inevitable,

escrito está en la ley que nos vigila,

por eso el corazón defiende con su sable,

más de veinte mil respiraciones día a día.

Ese singular movimiento en nuestro pecho,

el coordinado vaivén tras cada respiro,

que alimenta al pulmón izquierdo y derecho,

concediendo energía cual matinal suspiro.

Si el mundo comprendiera a voluntad,

respiraría a placer y en abundancia.

Inhalaríamos más empatía y felicidad,

y exhalaríamos más tristeza y arrogancia.

Por eso mientras respire disfrutaré de lo mejor,

apreciaré de la vida su belleza y del mar su canto,

seré agradecido con serenidad y valor,

cuidaré cada día del aire que respiramos.

Mientras respire le serviré a Dios de manera fiel,

descubriré sus propósitos y su gracia,

abriré mi alma para hablar con Él,

y oraré por la paz de mis hermanos y de mi raza.

Mientras respire tocaré de Jesús el manto,

como la mujer en el libro de Lucas;

que entre la multitud logró aferrarse tanto

a sanar su enfermedad y sus torturas.

Mientras respire honraré a mis padres,

mi vida y mi formación les pertenece.

Los acompañaré en sus alegrías y males,

y estaré para decirles que la vejez embellece.

Mientras respire cuidaré de ti mi amada,

la muñequita que Dios me regaló.

Te daré los besos que nos hacen falta,

 y te cumpliré lo prometido amor.

Mientras respire protegeré a mis hijos,

me empeñaré por un buen padre ser.

Les enseñaré que la vida a veces duele,

y duele más cuando llega el momento de crecer.

Mientras respire amaré siempre a mi familia,

al lecho bendito donde me crié.

Prometoamishermanoscomoprofecíaque

incesantemente buen ejemplo les daré.

Mientras respire gozaré del privilegio comunal,

de los grandes amigos que se decidieron quedar.

No hay nada más ameno para una sociedad,

que rodearse de hermanos sin consanguinidad.

Mientras respire amaré sin duda mi trabajo,

labraré mi tierra y cosecharé en raudal.

El que ama lo que hace triunfa aún en el ocaso,

este principio debería ser axioma terrenal.

Mientras respire degustaré de forma grata,

del chocolate de mi tierra o del asado argentino,

de una bandeja paisa o de la tortilla de patatas;

quizá de un buen cynar, aunque prefiero el vino.

Mientras respire encantaré mis sentidos,

con el piano de Di Blasio o las letras de Serrat,

entre los retratos de Frida en un descuido,

 o con el legado de Benedetti y de Cabral.

Mientras respire cumpliré mil objetivos,

terminaré lo que un día comencé.

Nomemorirésinescribirunlibro,

y mis inspiraciones al mundo le daré.

Mientras viva regocijaré amor propio,

porque sé que algún día partiré,

y cuando ese ineludible instante llegue,

sabré que fui feliz mientras respiré.

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