En Tapachula, miles de migrantes enfrentan un callejón sin salida. Las autoridades mexicanas les otorgan permisos que solo les permiten abandonar el país hacia Guatemala, bloqueando su avance hacia el norte y dejándolos en un limbo migratorio
Aquínoticias Staff
Más de mil migrantes, en su mayoría venezolanos, partieron desde el parque Bicentenario en Tapachula, Chiapas, en una caravana que busca llegar a la Ciudad de México. La movilización no es un acto de protesta, sino un grito desesperado frente a la falta de alternativas para avanzar hacia su objetivo final: los Estados Unidos.
Iván Osorio, un migrante venezolano, narró con frustración los tres meses que ha pasado intentando obtener un permiso para cruzar el país hacia el norte o al menos llegar al centro. Sin embargo, las autoridades mexicanas solo les otorgan documentos que los obligan a salir del país por la frontera sur, específicamente hacia Guatemala.
“La Comar y migración solo están jugando con nosotros. Nos están dando un permiso para dejar México, pero por Guatemala. Nosotros queremos seguir al centro o al norte del país”, declaró Osorio, quien busca mejores condiciones de vida para su familia.
Tapachula, conocida como la puerta de entrada para miles de migrantes, se ha convertido en un lugar de estancamiento y desesperación. Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), más de 114,000 personas en situación irregular han llegado a esta ciudad en lo que va del año, un promedio de más de 10,000 por mes.
Activistas denuncian que la frontera sur de México opera como el “patio trasero” de Estados Unidos, con políticas migratorias que no ofrecen soluciones viables para los migrantes, sino que buscan retenerlos o expulsarlos hacia el sur.
Migrantes como Laura, también de Venezuela, expresaron su temor al viajar en caravana, especialmente durante las noches, pero sienten que no tienen otra opción.
“Es peligroso salir así, pero no nos queda de otra. Lo único que podemos hacer es seguir adelante en el nombre de Dios, porque no estamos haciendo nada malo, solo queremos una oportunidad para nuestras familias”, afirmó.
Una de las principales denuncias de los migrantes es la detención arbitraria por parte de agentes del INM, quienes los trasladan a la estación migratoria Siglo XXI, donde permanecen retenidos hasta por tres días. Posteriormente, son obligados a firmar documentos que los autorizan a salir del país, pero únicamente por la frontera con Guatemala, lo que imposibilita su avance hacia el norte.
Esta situación genera un círculo vicioso en el que los migrantes, bloqueados en su trayecto, ven cada vez más lejos la posibilidad de alcanzar su destino en Estados Unidos. Muchos huyen de la crisis política y económica en Venezuela, agravada por la permanencia en el poder de Nicolás Maduro, con la esperanza de enviar ayuda a sus familias que permanecen en condiciones precarias.
Los migrantes claman por una solución que les permita avanzar hacia su destino final. “No estamos pidiendo limosna ni queremos causar problemas. Solo necesitamos la oportunidad de trabajar y salir adelante”, expresó Osorio.
El estancamiento en Tapachula refleja una crisis migratoria más amplia que requiere atención urgente, no solo para proteger los derechos humanos de los migrantes, sino también para ofrecerles vías legales y seguras hacia un futuro mejor. Mientras tanto, la única salida sigue siendo la misma: regresar al sur, hacia un camino que no eligieron y que no conduce a sus sueños.
Con información de Diario del Sur