Personas en movilidad varadas en Tapachula denuncian jornadas extenuantes, salarios miserables y falta de derechos laborales, mientras activistas exigen acciones urgentes para proteger a esta población vulnerable
Aquínoticias Staff
En la ciudad de Tapachula, Chiapas, cientos de migrantes varados por las políticas migratorias de Estados Unidos enfrentan una cruda realidad: explotación laboral, salarios indignos y la constante amenaza de ser despojados de sus ya escasos ingresos. Adiel Tovar, migrante salvadoreño, relata cómo él y otros como él son víctimas de abusos sistemáticos por parte de empleadores locales, quienes les niegan el salario mínimo, prestaciones de ley y acceso a servicios básicos como la salud.
«Trabajé casi una quincena y no me pagaron. Incluso me amenazaron con entregarme a migración si reclamaba», cuenta Tovar, quien asegura que los migrantes apenas reciben entre 2,500 y 3,000 pesos al mes, un monto que ni siquiera cubre el costo de rentas infladas que superan los 5,000 pesos. Esta precariedad los obliga a buscar ingresos adicionales, muchas veces en condiciones aún más riesgosas.
Luis García Villagrán, activista y defensor de derechos humanos, advierte que la falta de un estatus migratorio regular deja a los migrantes en una situación de extrema vulnerabilidad. En sectores como la construcción, los haitianos trabajan hasta 12 horas diarias por apenas 80 pesos, mientras sus contrapartes mexicanos ganan entre 300 y 350 pesos por la misma labor. Además, al no estar registrados en nóminas formales, los migrantes carecen de acceso a seguridad social, atención médica y protección laboral.
García Villagrán señala que el 90% de los migrantes en Tapachula sufren explotación laboral y hace un llamado a organismos empresariales como CANACINTRA y COPARMEX para colaborar con el gobierno en la regularización de esta población y garantizarles derechos básicos.