Mocri CNPA EZ, el brazo desestabilizador de Sabines / Hector Estrada

Los actos vandálicos cometidos por el autodenominado Movimiento Campesino Regional Independiente, integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Emiliano Zapata (Mocri-CNPA- EZ) el pasado lunes han dejado en claro que uno de los brazos desestabilizadores preferidos por «Sabinato» aún se alimenta y sigue igual de vivo y destructivo que antes.
Los destrozos cometidos contra las instalaciones del periódico Cuarto Poder y sus directivos, así como la SEDATU, no son hechos aislados. Son acontecimientos que tienen trasfondo, con delincuentes armados a palos y autores intelectuales acostumbrados a la impunidad que les otorgan sus padrinos políticos y el salvaje uso de la violencia.
Para nadie es un secreto la semilla de intereses políticos con la que germinó este grupo de choque. Nació durante la administración de Juan Sabines Guerrero como parte de una serie de argucias que permitieron la separación de una parte de los miembros de la Organización MOCRI Movimiento Nacional (MN) para la conformación de una nueva organización que hoy ni siquiera tiene registro.
A cambio de beneficios económicos directos para sus líderes, así como el otorgamiento de tierras e inmunidad, el MOCRI Emiliano Zapata (EZ) se convirtió en el monstruo sexenal dispuesto a atacar cuando así se necesitara; un brazo desestabilizador dispuesto a reventar y confrontar a otras movilizaciones (magisteriales, electorales o transportistas) incomodas para los patrones.
Quien se ha dado una vuelta al extremo oriente de la capital chiapaneca, al norte de la colonia Las Águilas, conoce bien que las tierras de MOCRI EZ hoy son territorios sin ley, donde ninguna instancia del poder judicial actúa. Son tierras donde los líderes deciden –incluso- quien es despojado de su propia vivienda.
Durante años este grupo de choque tuvo extrema cercanía con los operadores sociales del sexenio pasado. Las visitas de personajes como Yassir Vázquez, parte del gabinete estatal y el propio gobernador fueron recurrentes.
Los propios líderes como Aristeo Gómez aseguraban abiertamente que a la colonia sólo el ex mandatario estatal y Vázquez Hernández podían entrar cuando quisieran, obviamente, siempre cargados con las ofrendas económicas o en especie protocolarias.
Nuevamente este martes el MOCRI CNPA MN se deslindó de las acciones delincuenciales cometidas por la también conocida «Zapata MOCRI» a quienes han catalogado infinidad de veces como un grupo paramilitar que sólo tiene fuerza en Tuxtla Gutiérrez, y no cuenta con el respaldo de ninguna organización social nacional.
Y es que, pese a su escasa presencia en Chiapas, el MOCRI EZ parece contar con impunidad inagotable en una ciudad donde puede pasar por encima de los derechos constitucionales de otros o violar las leyes que le plazcan sin que nadie actúe de manera enérgica, sin que nadie aplique todo el peso de la ley contra este grupo delincuencial perfectamente identificable.
Esta vez la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas ha prometido realizar las investigaciones y detenciones necesarias por los disturbios vandálicos del lunes, y ojalá así sea. Urge el desmantelamiento de este grupo escondido tras la imagen de una organización fantasma que hoy huele a los restos del poder que niega a irse de Chiapas.

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