Los rangos mayoritariamente ocupados por las mujeres son el cargo de mayor (con el 14.8 por ciento) y soldado (con el 24 por ciento)
Diana Hernández Gómez / Cimac Noticias
Este 23 de agosto, la diputada de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Laura Imelda Pérez propuso hacer obligatorio el Servicio Militar para las mujeres mexicanas. Aunque la iniciativa se descartó de la orden del día ese mismo martes, volteó las miradas hacia un tema importante: ¿cómo lograr igualdad de género dentro de las Fuerzas Armadas en nuestro país?
Al presentar su iniciativa (la cual pretendía modificar 25 artículos de la Ley del Servicio Militar), la diputada morenista argumentó que con esta medida se podría alcanzar la equidad de género en las filas del Ejército Nacional. Para ello se pretendía hacer diferentes cambios a la terminología y así incluir a las mujeres dentro de dicha ley.
Con esto, se facilitaría su acercamiento a las actividades militares para que después pudieran ingresar a ellas de manera formal. Así entrarían a trabajar a un campo laboral conformado por hombres en más de un 80 por ciento, donde, además, son pocas las mujeres en posiciones de poder con salarios altos.
Así es la condición laboral de las mujeres en el Ejército
De acuerdo con un reporte del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), en 2019, en el Ejército Mexicano había 25 mil 495 mujeres y 188 mil 762 hombres. Es decir: poco menos de una séptima parte de las Fuerzas Armadas estaba conformada por mujeres.
Por otro lado, dentro de este reducido grupo, ninguna de las mujeres era General de Brigada o General de División (los puestos más elevados con salarios de poco más de 105 mil y 114 mil pesos respectivamente). Los rangos mayoritariamente ocupados por las mujeres son el cargo de mayor (con el 14.8 por ciento) y soldado (con el 24 por ciento). El salario para cada uno de estos puestos es de 42 mil 539 y 12 mil 808 pesos respectivamente.
Algo similar se repite en el caso de la Secretaría de Marina donde, de acuerdo con Inmujeres, hasta 2019 había 11 mil 029 mujeres y 53 mil 837 hombres. De todas las mujeres, ninguna ocupaba los puestos más elevados (almirante, vicealmirante o contralmirante).
De acuerdo con el medio Independient en Español, para 2022 la situación cambió poco. Este año, la cantidad de mujeres en el Ejército Nacional es de 27 mil 257 —mil 762 más que hace tres años—. De todas ellas, sólo cuatro han alcanzado el rango de general: una como general de brigada y tres como general brigadier.
Lo anterior apunta a que, lejos de que haya más o menos mujeres en los cuerpos de seguridad nacional, una vía para la equidad de género en el Ejército debería abogar por cerrar las brechas que impiden a las mujeres alcanzar puestos más elevados y con mejores salarios. También, por condiciones en las que estén menos expuestas a la violencia machista.
El Ejército Mexicano: una institución violenta dentro y fuera de sus muros
Apenas en junio de este 2022, la sargenta A.F.J. denunció que fue víctima de acoso y abuso sexual por parte del teniente Dorian “P” en la Zona Militar 36 de Tapachula, Chiapas. Cuando lo denunció frente a sus superiores, la preocupación de éstos es que la mujer iba a arruinar la reputación del teniente.
Su caso no es el único: de acuerdo con El Sol de México, de 2006 a junio de 2021 se tenían registradas 582 denuncias dentro del Ejército Mexicano por casos de violencia sexual contra mujeres al interior de la institución. Únicamente 33 militares han sido procesados por estos delitos.
Pero esta violencia se extiende más allá de los muros institucionales. En 2010, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tuvo que intervenir en dos casos de violación y tortura cometidos contra dos mujeres en el estado de Guerrero. Ese mismo año, tres comunicadores fueron golpeados también por miembros del Ejército cuando realizaban su labor en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
En entrevista con Cimac Radio, Nancy Carmona —coordinadora de políticas públicas para la organización Equis Justicia para Las Mujeres— explicó que los lugares donde hay una fuerte presencia militar son, al mismo tiempo, lugares donde las mujeres se limitan para ocupar el espacio público.
Además de esto, agregó, los miembros de las Fuerzas Armadas juegan un papel de peso al hablar de ruptura de movimientos sociales y al limitar el derecho a la protesta. Carmona declaró que a esto se suma la falta de claridad por parte del Ejército en cuanto a violaciones de derechos humanos y agresiones tanto dentro como fuera de su institución.
En 2011 se creó el Observatorio para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos. A 11 años del nacimiento de este observatorio, ¿realmente han cambiado las condiciones para las mujeres en las filas militares? Y, ¿qué tanto se ha transformado la situación fuera de ellas?