México es de los principales países de Latinoamérica y el mundo con más casos de ciberacoso, al tiempo que no existen marcos normativos para atenderlo
Redacción-La Lista
Las mujeres son las principales víctimas de ataque de ciberacoso en México y América Latina, reveló el estudio «Acoso Digital en las Relaciones» presentado por Kaspersky.
De acuerdo con el análisis realizado por la compañía de seguridad informática, el 28% de las víctimas de «stalkerware» o ciberacoso son mujeres en América Latina y su principal agresor son hombres, especialmente, exparejas de la acosada.
Específicamente en México, 9.7 millones de mujeres fueron víctimas de ciberacoso en 2021, lo que representa el 55% de las personas de 12 años o más usuarias de internet que fueron víctimas de ciberacoso, de acuerdo con el Módulo sobre ciberacoso realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Entre 2020 y 2021, la asociación feminista Luchadoras.mx recibió más de mil solicitudes de apoyo para combatir el ciberacoso, de las cuales el 93.6% afectaron a una mujer.
Las exparejas de las mujeres que solicitaron el apoyo ocuparon el primer lugar en los agresores identificados, quienes a través de mecanismos de extorsión y coerción amenazaron con difundir imágenes intimas de las víctimas como venganza por haber terminado la relación.
«Lo que concluye nuestro estudio es que las mujeres estamos más expuestas a ser víctimas de violencia de toda la intimidad de la privacidad», señaló Carolina Mojica, especialista de seguridad en Kaspersky.
En cuanto al tipo de abuso perpetrado contra las víctimas destaca el psicológico, el cual ocurre en dos de cada tres casos, seguido por el maltrato físico, y daño económico, es decir, la víctima es extorsionada a pagar una suma de dinero para que su intimidad no sea difundida.
Carolina Mojina indicó que en Latinoamérica se desconoce qué es un «stalkerware», el cual es software que utilizan perpetradores para espiar y controlar a sus parejas u otras personas a través de sus celulares.
Este puede ser instalado fácilmente en los celulares de las víctimas y una vez activado, el perpetrador tiene acceso a la cámara de la víctima – por la cual puede observar todo lo que realice mientras este use su dispositivo móvil –, las fotografías, aplicaciones y demás funciones del teléfono.
«Eso suele ocurrir porque las víctimas confían suficientemente en su pareja sentimental como para darle la oportunidad de darle acceso a su celular sin ningún tipo de supervisión», explicó Judith Tapia, quien también es especialista en ciberseguridad en Kaspersky.
«Una vez que se instala este software o la aplicación de seguimiento, el acosador accede desde su propio dispositivo a un gran número de datos de la víctima de forma remota, como puede ser sus llamadas, localización en tiempo real, fotografías, entre otros», detalló.
En ese sentido, la forma más común de acoso digital es el monitoreo del teléfono móvil, el cual ocurre en el 54% de los casos reportados a por las víctimas, seguido de programas instalados en computadoras, espionaje de cámaras web y dispositivos domésticos inteligentes.
Una de las recomendaciones que ofreció Judith Tapia para minimizar el riesgo a ser víctimas de ciberacoso.
- Bloquear con contraseña la pantalla del celular y no compartirla con nadie.
- Consultar regularmente la lista de las aplicaciones que tenemos instaladas y eliminar aquellas que no necesitemos.
- Deshabilitar la opción de instalación de aplicaciones de terceros en los dispositivos Android.
- Nunca dejar sin supervisión nuestros teléfonos celulares.
No obstante, si bien Judith reconoció que cualquier dispositivo móvil es propenso a sufrir algún ataque, señaló que los Android son los más inseguros en este sentido, pues su sistema operativo es más abierto que otros.
Un problema sin soluciones legales
Durante la presentación del estudio de Kaspersky, la periodista Aimée Vega Montiel resaltó que en México todavía no existen normativas que impidan el ciberacoso, principalmente por la adoptación del concepto de consentimiento en los marcos legales
«El concepto consentimiento es problemático porque es una trampa (…) ya ahora es traído a los marcos legales en México (…) pero este no mide las relaciones de poder, este concepto es un fenómeno social con marca de género que permite la dominación masculina», sostuvo.
«Esta figura del consentimiento lo que hace es colocar la carga de la prueba en la víctima, quien tendrá que demostrar si fue víctima o no, en lugar de que sea el propio agresor quien sea interpelado por las autoridades (…) tengamos mucho cuidado porque este concepto, en principio, parece que favorece a las mujeres, pero no es así», abundó.
Aimée detalló que existen numerosos casos en que una víctima de ciberacoso es obligada y extorsionada a compartir fotografías íntimas a su agresor, y este acto es considerado como consentimiento por parte de las autoridades, por lo que no proceden en contra del perpetrador.
«Hay casos que estos agresores les solicitan estas imágenes y las amenazan con exponerlas públicamente si nos las envían, por lo que se ven obligadas por esta razón (…) entonces esto figura como un consentimiento frente a la autoridad», dijo.